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Scarlett Johansson tomará el rol de un hombre transgénero en próxima película... y le llueven las críticas

Arte

Por: Jimena O. - 07/03/2018

En su nueva película Scar Jo encarna controversialmente el papel de Dante "Tex" Gill, un hombre transgénero que administraba una red de prostitución en sitios de masaje

Scarlett Johansson, una de las estrellas más importantes de Hollywood actualmente, sigue generando controversia por sus roles políticamente incorrectos. El año pasado fue denunciada por los críticos al protagonizar la cinta Ghost in the Shell, un clásico del anime japonés que en su versión original tenía, obviamente, a una protagonista asiática. Entonces se acusó a Johansson, y sobre todo a la producción, de whitewashing, esto es, de "blanquear" al personaje, aparentemente en reflejo de la tendencia en Hollywood de favorecer a los blancos, a las razas y géneros dominantes. Ahora el escrutinio viene por el rol de un hombre transgénero en la próxima película Rub & Tug. Scarlett actuará en el papel de  Dante "Tex" Gill, jefe de una serie de sitios de masaje que eran la fachada de una pequeña red de prostitución. 

El tema controversial tiene que ver con que aparentemente esta persona prefería ser llamada con pronombres masculinos, y las revistas de Hollywood y la misma producción se han referido al caso como el de "una mujer en un medio dominado por los hombres". Se critica también que se utilice a una mujer para llevar a cabo el rol, argumentando que esto reproduce el estereotipo de que las personas transgénero sólo pretenden ser de su género, en este caso, que Gill era en realidad una mujer que pretendía ser un hombre. Se dice que el poder de Hollywood para perpetuar estereotipos es enorme y se pide que se permita que estos roles sean representados por personas transgénero, tal cual. Claro que eso tal vez no sea buen negocio para Hollywood, que busca el star power de personas como Scarlett Johansson. Pero priorizar el negocio puede acabar siendo mal negocio, al menos a la larga. Esta cinta ha producido enormes quejas antes de que se haya filmado, algo que era evidente que iba a suceder. Esto no puede hacer la filmación fácil; sin embargo, también existe la posibilidad de que la polémica acabe generando morbo y sea rentable. ¿Será a propósito, o simplemente los productores no investigaron nada sobre el tema?

Si bien es cierto que la productora de la película no parece haber manejado muy bien la situación, el tema es bastante complejo, pues también se sitúa dentro de la discusión de la libertad artística. Finalmente el cine es ficción y se trata de crear una buena película, con buenos actores, independientemente de si es un hombre o una mujer o una persona transgénero la que tiene el papel central. El tema es delicado, pues aunque es importante permitir que las personas transgénero expresen su sexualidad y respetarlas, hay un punto en el que esto se puede llegar a entrecruzar con la libertad de expresión (véase el caso de Jordan Peterson, quien se negó a utilizar los hasta 20 distintos pronombres para referirse a los distintos transgéneros en Canadá). Y si todo lo llevamos al límite de lo políticamente correcto, las cosas se vuelven absurdas y paralizantes. Por ejemplo, probablemente habría sido más apropiado castear a un hombre para el papel, pero en dicho caso, ¿se habría argumentado que el casting refleja también el statu quo del patriarcado, ya que todos los trabajos de mayor paga se los llevan los hombres, incluso aquellos que podrían ser hechos mejor por una mujer? ¿Deberían todos los papeles de homosexuales ser representados en las películas siempre por homosexuales? E incluso, ¿una película sobre mujeres o personas transgénero debería ser siempre dirigida por una mujer o por una persona transgénero, según sea el caso, pues de otra forma la cinta reproduciría los valores del heteropatriarcado? Esto es absurdo simplemente porque es completamente impráctico, además de que coarta la creatividad.

Por otro lado, es verdad que existen muchos estereotipos en la sociedad que lastiman a ciertos géneros. Como dice la actriz Jen Richards, el estereotipo de que "los hombres transgénero son en realidad mujeres es la raíz de la violencia que sufrimos". Y seguramente ocurre lo mismo con las mujeres transgénero, que son sujetas a violencia porque la sociedad las ve como hombres. No obstante, esto parece estar evolucionando con el tiempo y es evidente que las nuevas generaciones son menos discriminatorias, lo cual no significa que no se busque dejar de perpetuar estereotipos nocivos. Pero hay que resguardar también el derecho a la libre expresión, al juego de roles, a no tomarse todo tan en serio y a poder incurrir en lo políticamente incorrecto. Y quizás tomar en cuenta, como dice Nassim Taleb, que "entre más se institucionalicen las reglas de comportamiento ético que deben ser voluntarias (por ejemplo, el antirracismo y el antisexismo), más se usarán como encubrimiento de acciones faltas de ética".