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Entrenador de niños tailandeses atrapados en cueva les enseñó meditación budista para mantener la calma

AlterCultura

Por: Luis Alberto Hara - 07/10/2018

Un caso sumamente conmovedor, que demuestra la importancia de mantener la calma bajo presión

Una de las noticias más conmovedoras e inspiradoras en las últimas fechas ha dado también una lección de resiliencia y camaradería. Hoy fueron finalmente rescatados 12 niños tailandeses, parte de un equipo de fútbol, y su entrenador, quienes estaban atrapados desde el 23 de junio en la cueva de Tham Luang, en el norte de Tailandia. La operación de rescate fue sumamente complicada; el equipo había sido encontrado desde la semana pasada por unos buzos británicos, 9 días después de que habían desaparecido. En la operación de rescate murió Saman Gunan, un submarinista.

Además del gran esfuerzo de rescate y la actitud de los chicos, cabe celebrar la heroica labor de su entrenador. Es de notarse que cuando fueron primero descubiertos por los buzos británicos, se les encontró meditando. Imágenes compartidas por los medios los muestran en calma y meditando en silencio. El entrenador Ekapol Chanthawong, quien los había llevado a una caminata a la cueva -la cual se inundó mientras estaban allí-, había sido un monje budista antes de ser entrenador. Su experiencia en un monasterio -al cual ingresó después de que su madre muriera cuando él tenía 10 años- le sirvió enormemente para lidiar con esta situación, ya que pudo enseñarles a los niños técnicas budistas de meditación.

Antes de ser encontrados fue sumamente importante que pudieran entrar en un estado de calma y conservación de energía, no sólo por la falta de alimento sino por la falta de oxígeno. Justamente, la capacidad de ser resiliente o de recuperarse del estrés es uno de los principales efectos de la meditación que han descubierto los científicos que la estudian. No sucumbir al pánico y no gastar energía innecesaria en una situación como la que atravesaron estos chicos, puede ser cuestión de vida o muerte.

Diversos psicólogos y expertos han encomiado la labor del maestro y del grupo en general, señalando que la situación podría haber tomado una dirección mucho más trágica si no hubieran conservado la calma. 

Además, el entrenado ayunó para que los chicos pudieran tener más alimento. Al ser encontrados, Chanthawong ofreció una disculpa a los padres por la posible imprudencia de haberlos llevado demasiado profundo dentro de la cueva. Él los metió en el aprieto pero, de alguna manera, él también los mantuvo a flote.