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El brinco al unísono de cientos de miles de mexicanos produjo un sismo en la CDMX

El conjunto de los fanáticos del fútbol reaccionando al gol de México en su partido contra Alemania produjo un pequeño temblor en la Ciudad de México este domingo, según informaron las autoridades. A menudo se hacen ejercicios de pensamiento del tipo ¿qué pasaría si toda la humanidad brincara al mismo tiempo? He aquí una pequeña muestra.   

La excitación por el Mundial de Rusia, la alegría nacional (y alguien podría decir, también, la enajenación del fanatismo) se hizo sentir haciendo retumbar el centro del país a las 11:32am según la red de monitoreo SIMMSA, que señaló que el sismo se produjo de "manera artificial". Esto, como resultado de la euforia del gol con el que México venció a Alemania.

Aparentemente, otro temblor artificial se produjo en Lima el sábado, cuando Perú recibió un penalty a favor (el cual fue fallado) en su partido contra Dinamarca. Perú no había ido a una Copa del Mundo desde hace ya varios Mundiales, por lo cual el nivel de fanatismo peruano parece algo insuperable, con hordas de fanáticos visitando Rusia.

Sin duda, y como es lógico, el triunfo de México generó gran alegría entre los ciudadanos. Pero surge la pregunta en cuanto a qué ocurriría si tal conjunción, tal masiva concentración en la misma cosa, sucediera para algo más importante que el fútbol. Como señalan algunos analistas, hoy en día no hay nada en el mundo que pueda generar tal poder de convocatoria y que cautive tanto la atención como el fútbol. Es, realmente, un fervor religioso de masas.

Como han notado algunos, mientras México estaba distraído por el fútbol y las guerras sucias de las elecciones, el presidente Peña Nieto anotó otro gol y privatizó el agua.