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Memoricidios: los máximos eventos de destrucción de libros en la historia (GRÁFICA)

Arte

Por: Luis Alberto Hara - 05/16/2018

La historia de la destrucción de las grandes bibliotecas del mundo

En su afán de conquistar política e ideológicamente a otros pueblos, las civilizaciones humanas periódicamente han destruido grandes tesoros de conocimiento, pérdidas que resultan invaluables y trágicas para la que ha querido llamarse una sociedad del conocimiento. En su estudio Historia universal de la destrucción de libros (el gran referente mundial sobre el tema), el escritor Fernando Báez cita a Heinrich Heine: "Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los hombres". Esta frase nos revela el alcance de esta actividad, que Báez ha denominado "memoricidio".

Por supuesto, el más famoso de estos eventos de destrucción cultural fue la Biblioteca de Alejandría -destrucción que en realidad parece haberse efectuado en varias ocasiones, en otros siglos-. Según el infográfico de Global Data Vault, 500 mil volúmenes fueron destruidos, lo cual equivaldría a 571GB en los que estaba cifrada la sabiduría de la antigüedad, pues es conocido no sólo el tamaño de la biblioteca sino el espíritu ecuménico y la sofisticación de la misma, siendo Alejandría el lugar donde "Oriente y Occidente se encuentran". Sin embargo, tales atrocidades en ninguna medida están confinadas a la antigüedad sino que, de hecho, son más frecuentes en los últimos dos siglos -aunque, evidentemente, tenemos mayores datos para corroborar estos casos-. La más reciente es la destrucción de la Biblioteca Nacional de Bagdad, una de las consecuencias de la invasión estadounidense. 

Existen importantes ausencias, como la destrucción de la biblioteca de la Universidad de Nalanda, una de las primeras grandes universidades en la historia de la humanidad, donde se resguardaban innumerables textos budistas y de otras religiones. Se ha especulado que esta destrucción podría haber sido la más profusa de la historia; no obstante, los académicos modernos no cuentan con fuentes reputables para confirmar estas legendarias afirmaciones. Otras ausencias son la Biblioteca de Antioquía, la biblioteca de Ctesifonte o la Casa de Sabiduría en Bagdad en 1258.