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No un multiverso, pero sí un holograma: la última visión cosmológica de Hawking

Hace unos días se dio a conocer la que probablemente sea la teoría final del recientemente fallecido físico británico Stephen Hawking, la cual propuso en colaboración con Thomas Hertog.

Una de las teorías más populares en la física actualmente es la de la inflación eterna. El modelo inflacionario tradicional sostiene que cuando el Big Bang se produjo, el universo empezó a expandirse exponencialmente por una fracción de segundo y luego continuó expandiéndose a un ritmo mucho menor. El modelo inflacionario eterno, sin embargo, toma en cuenta fluctuaciones cuánticas y sostiene que en algunas regiones dicha inflación nunca se detuvo. De aquí resulta la noción de un gigantesco universo de fondo, con un infinito número de universos más pequeños -como el nuestro-. Esta es la teoría del multiverso, la cual no le gustaba a Hawking, en parte porque no admite fácilmente ser puesta a prueba. ¿Cómo sondear esos otros universos?

En cambio, Hawking y el físico belga Thomas Hertog proponen una versión del princicipio holográfico que se desprende de la teoría de cuerdas. En esta teoría se considera que cada partícula del universo es la punta unidimensional de una cuerda vibratoria hiperdimensional que le otorga sus propiedades. El principio holográfico, a su vez, sostiene que nuestro universo es algo así como la proyección en el espacio tridimensional de una realidad matemática que existe en una superficie bidimensional. Hawking y Hertog incluyen en su teoría la cuarta dimensión (el tiempo) y dicen que al principio del tiempo, la inflación eterna puede reducirse a un estado bidimensional eterno en una superficie espacial. Esta teoría se opone a otras versiones del mismo Hawking, que sugerían que el universo podía ser infinito y sin fronteras. En este caso existe una frontera en el pasado y el universo es finito -lo cual lo hace más fácil de ser puesto a prueba científicamente-.

Hay que mencionar que el término holograma o el principio holográfico, cuando es usado en la ciencia, generalmente no significa que el mundo sea una ilusión o que el Todo está almacenado en cada parte del universo (como ocurre en la teoría de David Bohm). Significa lo que mencionamos anteriormente: espacios tridimensionales que pueden ser reducidos matemáticamente a una superficie bidimensional. De la misma manera, una proyección holográfica emerge de una película holográfica bidimensional. Se puede interpretar que la realidad es la superficie bidimensional y el mundo tridimensional es menos fundamental o ilusorio, pero esto es ya una interpretación filosófica y no una descripción científica.