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Para fines de 2015, Ethereum podría ser responsable de 5% del tráfico en Internet. Se trata de una forma nueva de organizar un viejo problema --además de una solución para un montón de problemas del Internet actual--

 

(micogh, via: Flickr)

(micogh, vía: Flickr)

El futuro siempre es decepcionante, nunca alcanza el brillo de lo ideal, la perfección de los planos que diseñamos para crearlo, o simplemente termina convirtiendo en veneno lo que comenzó como medicina. Sin embargo, las utopías son más necesarias que nunca para advertir rumbos posibles cuando no existe una línea muy clara que seguir. El Internet irrumpió en el panorama mundial con la promesa de volver más libres a las personas gracias a la información, llevarles conocimiento a los ignorantes y nuevas oportunidades de crecimiento democrático y económico (cuando democracia y capitalismo pretendían ser sinónimos), pero a pesar de las evidentes ventajas que nos ha dado, ha traído su propio caudal de problemas: vigilancia gubernamental y corporativa, sectores y países enteros censurados y excluidos del presente científico, feroces polémicas sobre derechos de autor, etc. Pero una versión del Internet más acorde a los tiempos que vivimos está siendo desarrollada en estos momentos en Ámsterdam, Londres y Berlín.

Su principal ingeniero, es el hacker y activista ruso/canadiense Vitalik Buterin, quien la describe como la Web 3.0. Su equipo lleva por nombre Ethereum.

El problema con el Internet 2.0, según se lo plantea uno de los colaboradores de Buterin, Vinay Gupta, en una entrevista con Jamie Bartlett, es que cuenta con demasiados intermediarios. Protocolos centralizados de seguridad, bases de datos masivas de información personal pobremente codificada, múltiples vulnerabilidades estructurales que permiten que cualquiera (piratas informáticos, gobiernos fascistas) pueda lucrar con dichos datos. La solución de Ethereum es una red hecha de redes de pares (P2P); una red "donde nadie tiene el control, donde el gobierno no puede encontrarte o apagarte, donde las grandes compañías de tecnología no pueden saberlo todo de ti. Una red descentralizada que es a la vez privada e imposible de censurar", escribe Bartlett.

Ethereum arrancó con 12 millones de dólares recolectados vía crowdfunding en 2012. Buterin (entonces de 20 años) pudo contratar a 40 de los ingenieros computacionales de mayor nivel y ponerlos a trabajar en la reconstrucción del Internet. Ethereum es un proyecto de código abierto, no una compañía de tecnología (sus miembros sólo trabajarán hasta que el proyecto esté en línea), y aunque puede traer buenas oportunidades de negocio, no está pensado para ser el nuevo Microsoft. Sin embargo, IBM ya está utilizando tecnología de Ethereum para programar cadenas de abastecimiento en lavadoras, por ejemplo.

¿En qué consiste la utopía de Ethereum? Básicamente en construir una red dentro de la red, disponible utilizando la energía y espacio de almacenamiento de las computadoras ya conectadas. Ethereum aprovecha ese espacio y energía disponible (sin mermar la red en sí, puesto que propiamente opera con lo que Internet no puede aprovechar) para permitir a la gente "construir apps, sitios web y software que otros pueden usar. Dado que trabaja bajo mucho código de seguridad y la red es 'distribuida' a través de las computadoras individuales, es más o menos imposible que alguien censure o controle lo que hay en ella".

Eso por el lado de la infraestructura, pero lo interesante comienza cuando te das cuenta de sus efectos en el comercio. El problema y la maravilla con los archivos actuales es que pueden ser copiados indefinidamente sin que nadie "posea" el original; pero al igual que hace Bitcoin, Ethereum utilizará blockchain, bases de datos de transacciones compartidas por cada integrante del protocolo. Dicho de otra manera, establece un registro cronológico que deja una marca en el archivo cada vez que este se modifica (es un poco más complejo, lo sabemos), lo que ayuda a prevenir las copias, los fraudes o la censura. Bartlett lo describe como "un Internet anónimo, descentralizado, sin censura, y una nueva forma de controlar y almacenar información".

¿Pero esta utilización de la red actual desde dentro, pasando por alto algunas de sus leyes, no es lo que hace posible la navegación por TOR? El problema con TOR y la deep web, además de la dificultad de navegación para un usuario promedio, es que se estima que 40% de su tráfico engloba distintas actividades ilegales, desde pornografía infantil hasta venta de drogas por catálogo; la red 3.0 no podrá hacer mucho contra esto, por lo que la utopía puede parecer decepcionante en ese aspecto. Sin embargo, hay que recordar que hablar de tecnología es hablar de herramientas determinadas por las decisiones de los usuarios. La espada y el desarrollo militar deben corresponderse con la pluma (o el teclado) y el desarrollo intelectual.

Ethereum sugiere, en un aspecto filosófico, dejar de pensar la tecnología como una panacea o como una solución en sí misma, y comenzar a plantearnos una relación con la información desde la incertidumbre calculada. El Internet que permite a ISIS reclutar futuros terroristas y también futuros soldados en las democracias republicanas postcolonialistas es el mismo; Ethereum puede ayudar a transparentar las relaciones de producción existentes a través de un registro matemático infalible e inmutable. Para Gupta, este proceso es también inevitable, y aunque esperan comenzar a administrar tráfico importante para finales del año, saben que no son (no pueden ser) los únicos a los que se les ha ocurrido la idea. Después de todo, eBay, Facebook, Airbnb y todas las tiendas en línea que funcionan como intermediarios podrían perder cuotas de mercado si las transacciones prescinden de intermediarios. Es como ir a comprar naranjas al agricultor en lugar de ir a Walmart. O mejor, es una manera de almacenar conjuntamente las naranjas que nos interesan a todos, como en los protocolos de Torrent. 

Otra lectura de Ethereum podría ser que la única forma de salvar al Internet del control corporativo y gubernamental es haciendo que sea prácticamente imposible tener ningún tipo de control; incluso en términos de administración de gobierno y control bancario, el sistema de Ethereum podría crear registros más seguros para el usuario y confiables para las instituciones. "Vamos a tener que lidiar con un mundo donde existe tecnología increíblemente poderosa en cualquier campo", afirma Gupta, por lo que "la forma en que lidiamos con la información va a tener que cambiar dramáticamente. Ethereum nos obligará a responder anticipadamente".