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¿Puede un portero hacer uso de ilusiones ópticas para atajar tiros penales?

Por: Luis Alberto Hara - 08/28/2014

Como un guerrero que usa una enorme máscara para parecer más feroz a su enemigo, un portero puede engañar al jugador cambiando la percepción de su tamaño

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Todo es un asunto de percepción. Piensa en el delantero que anota un gol; mientras más anota más fácil le parece anotar y, literalmente, empieza a percibir que la portería es más grande de lo que que realmente es. Nuestras acciones cambian nuestras propias percepciones pero, ¿pueden cambiar las de los demás?

De acuerdo con un pequeño estudio publicado en 2008, los porteros pueden influenciar la dirección y efectividad de un tiro penal adoptando una postura que imite una de las ilusiones ópticas más clásicas.

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La ilusión Müller-Lyer consiste en dos líneas paralelas que terminan en puntas de flecha que señalan en direcciones opuestas. Aunque las dos líneas miden exactamente lo mismo, la gente normalmente percibe una como más grande que la otra, lo cual normalmente se explica en términos de perspectiva y profundidad: asumimos que una se encuentra más lejos que la otra.

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Normalmente los estudios están centrados en figuras abstractas usadas en experimentos de laboratorio, pero los psicólogos John van der Kamp y Rich Masters han decidido examinar este efecto en acción, viendo si un portero es capaz de afectar al perspectiva de sus oponentes.

En el futbol, la portería es un marco de 7.3 por 2.43m y los tiros penales se tiran desde una distancia de 11m a una velocidad promedio de 110km/hr. El portero tiene entonces muy poco tiempo para reaccionar; las probabilidades están en su contra. Sin embargo, un portero puede anticipar la dirección de un tiro si sabe leer los movimientos de su oponente y, según van der Kamp y Masters, colocándose un poco fuera del centro de la portería.  

Para su estudio, los psicólogos mostraron a 15 estudiantes fotografías de porteros en cuatro distintas posturas. El resultado fue que, invariablemente, cuando los porteros alzaban los brazos eran percibidos como más altos que cuando los mantenían abajo.

Además, los investigadores realizaron otro estudio para determinar cómo este efecto afectaba la certeza a la hora de realizar los tiros. Como se sabe que la puntería es mayor tirando con las manos que con los pies, los científicos utilizaron simulaciones de tiros de handball. Se pidió entonces a 24 estudiantes que lanzaran tiros a una pantalla donde fueron proyectadas las imágenes de los porteros del experimento anterior. Se utilizaron cámaras de alta velocidad para medir los tiros y determinar a qué distancia de la línea media de la portería iban dirigidos. El estudio mostró que, mientras más grande era percibido el portero, más lejos de él se tiraba la pelota.

Así, el estudio sugiere que, en efecto, el portero es capaz de afectar la percepción del tirador y, si logra parecer más pequeño, los tiros quedarán más cerca que si es percibido como más grande.