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Bradley Manning, el miembro del ejército estadounidense responsable de las filtraciones publicadas por Wikileaks y preso desde 2010, enfrenta una condena por hasta 130 años de cárcel.

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Este martes 30 de julio comenzó finalmente el proceso por el cual Bradley Manning recibirá sentencia, luego de pasar poco más de 3 años en prisión como parte de su responsabilidad en las filtraciones que dieron origen a Wikileaks, el conocido proyecto periodístico encabezado por Julian Assange en torno a las actividades diplomáticas del gobierno de Estados Unidos, polémicas en casi todos los casos por involucrar acciones de espionaje, corrupción, tortura y en general información de índole pública ocultada deliberadamente a sus ciudadanos.

Al proveer estos cables clasificados, Manning se convirtió en la principal fuente de Wikileaks y, paralelamente, en un enemigo del gobierno estadounidense y otros intereses con los cuales este se encuentra asociado; fue arrestado en junio de 2010 en Irak acusado de 22 cargos  y desde entonces permanece preso ―primero en Quantico, una base de la marina en Virgina (donde sufrió tratos que la ONU denunció “como una forma de tortura”) y actualmente en Fort Leavenworth, Kansas.

Ahora, después de estos 1,157 días privado de su libertad, los tribunales militares de Estados Unidos por fin se preparan para dictar sentencia contra Manning, en un juicio presidido por la coronel Denise Lind.

De entrada destaca que la mayoría de los cargos mayores ya han sido desechados, entre ellos la acusación de “ayudar al enemigo” y el de haber difundido ilegalmente un video previamente encriptado de un bombardeo estadounidense a la ciudad de Farah, Afganistán, en el cual la mayoría de los víctimas fueron civiles.

Con todo, la corte lo encontró culpable en 17 de los 22 cargos fincados originalmente y los mismo para los 5 restantes pero en definiciones enmendadas. En total, la sentencia de Manning podría superar los 130 años de prisión en una cárcel militar. La defensa, por su parte, dirigida por David Coombs, planea argumentar que el soldado se encontraba en un estado emocional frágil en la época en que filtró los documentos, lidiando con problemas personales a propósito de su preferencia sexual, lo cual suscitó el comportamiento errático que derivó en dicha acción.

El proceso judicial también posee otras implicaciones más allá del propio destino de Manning, pues tanto los cargos sancionados como la sentencia en sí pueden sentar antecedentes que afecten a organizaciones e individuos que investigan las actividades del gobierno de Estados Unidos relacionadas con la seguridad nacional.

La sentencia será dictada este miércoles.

[Guardian]