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Los genetistas Craig Venter y Jonathan Rothberg se proponen encontrar ADN en Marte

Ciencia

Por: Luis Alberto Hara - 10/22/2012

John Craig Venter y Jonathan Rothberg, dos de los genetistas más conocidos del medio científico, se han propuesto enviar máquinas secuenciadoras de ADN a Marte, buscando probar de esta manera la existencia de vida extraterrestre.

Si bien es cierto que la genética humana —y, en general, la de la vida en nuestro planeta— ha conocido en años reciente un desarrollo realmente impresionante, con hallazgos que parecen descubrir el secreto de la escritura más elemental que nos compone y no da estructura, al menos un par de hombres, directores de sus respectivas empresas, ya tienen sus ojos puestos más allá de las fronteras de la Tierra, específicamente en Marte, adonde se dirige la próxima exploración.

Se trata de John Craig Venter y Jonathan Rothberg, ambos ampliamente conocidos en el ámbito de la genética: Venter auspició la secuenciación del genoma humano fuera del ámbito público, con propósitos abiertamente comerciales, y Rothberg ha destacado en décadas recientes por aplicar el conocimiento genético en la fabricación de medicamentos y por desarrollador un método de secuenciación por síntesis, a través de iones semiconductores.

Ahora ambos han comenzado una carrera espacial por llevar sus propias empresas a la superficie marciana, donde esperan probar la existencia de vida extraterrestres con el recurso que creen más sencillo para este fin: con una máquina secuenciadora de ADN.

Venter planea enviar una máquina capaz de aislar microbios del suelo, secuenciar su ADN y enviarla información a una computadora, un sistema que al parecer “no es 100 por ciento robótico”. Por otro lado, Ion Torrent, la empresa de Rothberg, trabaja junto la Universidad de Harvard y el MIT en el proyecto SET-G, “búsqueda de genoma extraterrestre”, financiado por la NASA.

Algunos expertos coinciden en que esta es la manera más segura de aproximarse a la posibles formas de vida marcianas (o de cualquier otro punto fuera de nuestro planeta), pues traer a la Tierra una muestra supone un gran riesgo de contaminación, incluso para la muestra misma, que podría afectarse a tal grado por nuestro medio ambiente que quedaría inutilizada para su examen.

La búsqueda, por supuesto, no será fácil, tanto por las condiciones del planeta —bajas temperaturas, una atmósfera compuesta casi únicamente de dióxido de carbón— como por su propósito mismo y el hecho de que la genética marciana esté hecha de componentes químicos distintos a los de la terrestre.

Sea como fuere, los proyectos están en marcha y quizá, después de todo, cumplan con los objetivos que se han fijado.

[Technology Review]