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La telenovela de sucesión panista podría acabar con Calderón negociando con Salinas y el PRI para seguir fondeando la guerra contra el narco.

El proceso electoral que se desarrolla al interior del Partido Acción Nacional, da para escribir una telenovela mala y con final previsible. Al principio del proceso, parecía que el descendiente de Don Pancho Madero, iba en caballo de hacienda, como su tatarabuelo, pero algo le falló, en sus cálculos. Parece que el aspirante a general de los Pinos, introdujo mercancía pirata, una nueva carta en la baraja de la sucesión panista, con la inclusión del exsubsecretario de Gobernación, Roberto Gil Zuarth. En la trama de la telenovela no está claro el papel que juega el exgobernador de Jalisco Francisco Ramírez Acuña, el destapador de Felipe en el 2005, que le costó la chamba de Secretario de Energía, o alguien tenga la delicadeza de explicarnos que hace la señora Cecilia Romero, la directora del Instituto Nacional de Migración, a la que durante su encargo, murieron 72 migrantes Centromericanos, crimen que sigue y seguirá impune. Un elemento que alimenta el intríguilis de la sucesión panista, es la participación de la señora Judith Díaz Delgado, que metió en un brete al candidato felipista, ante el Tribunal Federal Electoral,  por no “acabalar”, como dicen en el rancho, los tres años que exige el estatuto del PAN como mínimo para ser miembro del Consejo Político Panista y consecuentemente candidato para ser presidente del partido. Verdaderamente pecata minuta, las habilidades calderónicas en aquello de fraudes electorales.

El desenlace es previsible. El ganador será Roberto Gil, por obra y gracia de la mayoría calderonista que tienen en el Consejo Político Panista.

También es previsible, que los candidatos derrotados, después de un berrinche moderado, por eso son panistas, el “dedo” del uniformado de los Pinos, logrará(si no se disciplinan les manda a García Luna) que Roberto Gil Zuarth, se imponga muy “democráticamente”, como nuevo presidente del PAN.

La telenovela panista no va a sorprender al teleauditorio con un final feliz. La tarea de tener un candidato competitivo en el 2012, es lo de menos, el verdadero interés de Calderón y sus socios, es el de mantener la “guerra contra el narcotráfico”. El PAN se verá obligado a subordinarse a la negociación de Calderón con Salinas y el PRI. En el fondo de todas las telenovelas, lo que importa es el patrocinador, Calderón venció a los “Cinco Jinetes del Apocalípsis”, lo afirmó en Alemania, sólo le falta vencer a Peña Nieto y López Obrador. Por eso no importa, que se burlen de los estatutos del PAN, y Roberto Gil sea el próximo mandamás, eso es lo de menos. Lo que Calderón, quiere negociar con el próximo ganador, es que siga dándose presupuesto a la “guerra contra el narcotráfico”, ese es su negocio, el bunker de Reforma 265 lo corrobora.

La bachicha

Ley de ingresos y presupuestos de egresos habemus, los partidos se pusieron de acuerdo para repartirse el botín. El 20 de noviembre, se celebra el 16. Está clarísimo.