El sexo en los parques de Tokio era una cosa habitual en los 70, el lente de Kohei Yoshiyuki se escurre entre la hierba erotizada
Kohei Yoshiyuki narra que antes de tomar las fotos visitó los parques 6 meses amistando a los voyeuristas que acechaban a las parejas que se arrellanaban en el supuesto solaz íntimo de la oscuridad de los parques.
Algunas veces los voyeuristas no pueden manterse en su puesto de observador no participante y se abalanzan a tocar a las mujeres y entonces empiezan los problemas.
Las fotografías de Kohei Yoshiyuki exploran la vaga frontera entre la perversión, la bizarria y la metaestética.