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Keitai shosetsu: la novela celular que revoluciona la literatura en Japón

Arte

Por: admin - 05/19/2009

La también llamada novela de pulgares (thumb novel) es una muestra de la innovación tecnológica en la renovación del entretenimiento: inmediatez, economía y frescura; romance pop interactivo en el que los lectores eligen el destino
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La ficción celular es la nueva forma literaria entre la juventud japonesa. La también llamada novela de pulgares (thumb novel) se caracteriza por su temática romántica, su enfoque en temas de la adolescencia (especialmente atractivos para la mujeres) y su brevedad. La mayoría de ellas están escritas por jóvenes, entre los 18 y los 27, con poca o nula cultura libresca. Más bien, los autores han sido alimentados por comics, manga y cultura digital, por lo que el lenguaje responde a estas fuentes, en su inmediatez, economía y frescura.

La novela móvil es una muestra más de lo que representa Japón en la innovación tecnológica y en la renovación del entretenimiento: keitai shosetsu es el primer medio narrativo, de la era del mnsje de txto .Hoy, los japoneses usan más los celulares que las PC para comprar, vender, navegar, conversar, ver videos y desde hace no muchos años, para hacer y leer literatura. Como sabemos, los mensajes de SMS no admiten más de 140 caracteres, lo que obliga a estas novelas a ser precisas, sintéticas y contundentes. Esto no quiere decir que sean muy sofisticadas, ya que los jóvenes autores no tienen grandes preocupaciones estilísticas. Más bien, su interés está en contar y reflejar lo cotidiano: amor, amistad, decepción, marginación. Además, no muestran nada de ambientación, nada de desarrollo del personaje, nada de escenarios, sólo un hilo de conversación tenso, cargado de contracciones lingüísticas, términos nuevos y emoticones. Algo seco sin duda, pero que nos acerca más a lo la inmediatez, a lo real.

Otra de las características importantes de este tipo de novelas es que reciben una cantidad amplia de feedback a partir del mismo celular. Es decir, los lectores (cientos de miles en los casos de mayor éxito) envían comentarios al autor (siempre anónimo, representado por un avatar) lo que le otorga una renovada vitalidad el texto. No sólo pueden opinar, sino que pueden llegar a cambiar el curso de la historia, tal y como en aquellas novelas juveniles de “elige tu destino.”japanese_cell_phone_novelist-300x2851

Este entretenimiento on the go, algo análogo a la comida rápida, pero que en este caso responde a la necesidad ontológica del hombre de oir o leer historias, para romper el flujo temporal y cotidiano, tiene su origen en el año 2000. La novela “Deep Love” de Yoshi es el primer antecedente, y no fue creado por una joven atormentada de los suburbios de Tokio. Yoshi era un tutor en una escuela que pudo observa la naciente relación entre las mujeres y sus celulares. Esto lo llevo a crear una novela en línea que hablaba de prostitución infantil, (algo conocido en Japón como enjo kosai, donde las niñas se prostituyen con hombres mayores por dinero o ropa de diseñadores), drogas y SIDA. “Deep Love” eventualmente, se convirtió en serie de televisión, manga, película y, finalmente, una serie de libros que vendieron 2.7 millones de copias.

Desde este momento, el sitio Maho-i-Land se convirtió en el nodo principal para autores y consumidores de esta emergente forma literaria. Desde los inicios de la década, el sitio funciona como marmita para la creación digital, donde se ofrecen templates, consejos y foros y donde se almacenan más de nueve millones de novelas celulares, listas para descargar. Sin embargo, será el 2007 cuando la burbuja de la novela móvil reviente, ya que fue el año en que los editores de libros impresos decidieron imprimir novelas surgidas en celulares. En este año, la mitad de los libros incluidos en el top ten de ventas de las librerías japonesas habían sido creadas, originalmente, como novelas de pulgar. Se podría pensar que el fenómeno pudo haber sido contraproducente para la industria editorial japonesa. Sin embargo, la industria japonesa lleva más de diez años en picada, así que los editores (incluyendo a los más tradicionalistas), más que desdeñar el fenómeno, lo han acaparado como un salvavidas para la industria.

Una de las cosas que resultan más interesantes de este cambio de formato, es la síntesis. Al igual que en Twitter, los novelistas de pulgares no exceden los 140 caracteres en cada emisión. Estamos ante algo como la novela de cordel o de folletín, del milenio pasado, sólo que con un máximo de depuración. Además, para hoy, se han creado diferentes portales para emular el fenómeno en occidente (Quillpill) además de que en Twitter ya es posible encontrar cuantiosos ejemplos que siguen, si no la portabilidad, si la síntesis de las novelas de pulgares japonesas.

Aunque no hay preocupaciones estilísticas por parte de estos creadores, vale la pena decir que en el caso japonés están rompiendo con la tradición ya que han pasado de la escritura vertical a horizontal, ya que los procesadores de texto en los celulares no responden a la escritura tradicional. De igual forma, existe una conciencia del espacio entre caracteres o frases, algo que en la literatura canónica, se descubrió tarde (el siglo XIX, con la poesía simbolista, donde el espacio se vuelve semántico). En shosetsu, por ejemplo, la saturación de palabras y los pocos espacios dan a entender al lector una conversación violenta; un pasaje donde el espacio en la pantalla es amplio, da a entender una conversación quieta.

Valdrá la pena seguir de cerca el crecimiento mundial del fenómeno , si bien Japón representa, aun hoy día, el exotismo y la caldera de la vanguardia, es muy posible que seguiremos esos patrones de consumo narrativo, tal y como hemos convertido en fetiches los aparatos electrónicos. Será interesante ver si los 140 caracteres se convierten en lo que los alejandrinos son al soneto, o lo que el conteo silábico es al haikú: la métrica, el ritmo literario de nuestros tiempos.

Amplio artículo con entrevistas a autores aquí. Quillpill aquí. Artículo sobre un autor occidental que busca penetrar el mercado aquí. Más aquí.