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Con la intención de explorar desde distintas perspectivas el vasto y fértil campo de la sexualidad humana, la monja Margaret Farley escribe un libro en que defiende la masturbación, las relaciones homosexuales y el divorcio; El Vaticano ya la censuró.

fradaveccs / flickr

El lunes pasado El Vaticano, por medio de sus órganos de prensa, censuró duramente el libro Just Love: A Framework for Christian Sexual Ethics (Solo amor: un marco de referencia para la ética sexual crisitiana) escrito por la monja estadounidense Margaret Farley, en el cual su autora aborda casi todos los temas de índole sexual que, a la fecha, continúan siendo polémicos e incómodos para la ortodoxia católica: la masturbación, el divorcio, las relaciones homosexuales y otros.

Farley, perteneciente a las Hermanas dela Misericordia y profesora emérita de Ética Cristiana en la Universidad de Yale (sin duda una de las más prestigiadas del mundo), escribió este libro para explorar el vasto campo de la sexualidad según las diversas tradiciones religiosas, teológicas y de la experiencia humana, sin nunca intentar contravenir los dogmas y mandamientos de la Iglesia.

En El Vaticano, sin embargo, no pensaron lo mismo, y se apresuraron a criticar duramente el contenido de la obra. Entre otros señalamientos, destaca la postura de Farley frente a la masturbación; según ella, muchas mujeres

han encontrado un gran bien en complacerse a sí mismas ―quizá sobre todo en el descubrimiento de sus propias posibilidades de placer― algo que muchas no han experimentado o incluso desconocen en sus relaciones sexuales habituales con sus esposos o amantes […]. De hecho, [la masturbación] sirve a las relaciones más de lo que las estorba.

Igualmente la religiosa considera que las personas homosexuales merecen, además de respeto, el reconocimiento pleno de sus derecho en virtud de los principios de igualdad y no discriminación; el divorcio y el matrimonio en personas que ya alguna vez estuvieron casadas, Farley tampoco los desestima.

Estas temerarias opiniones se consideraron ofensivas a los principios del catolicismo entre las autoridades religiosas, particularmente las que componen ese “moderno” tribunal inquisitorial que es la Congregación para la Doctrina de la Fe (encabezada por Joseph Ratzinger antes de que este se convirtiera en papa).

“La hermana Farley manifiesta un entendimiento defectioso del objetivo de la naturaleza de la ley moral natural. Esta aproximación no es consistente con la teología católica auténtica”, dice un comunicado difundido al respecto. Recordemos que en el credo católico la masturbación es un “acto gravemente desordenado”, la homosexualidad una “depravación grave” y el divorcio o la vuelta a casarse violaciones a “la ley de Dios”.

Curiosamente el libro de Farley no es nuevo. Su primera publicación data del 2006 en Estados Unidos, donde gozó de cierto éxito entre los educadores católicos e incluso se hizo acreedor a un importante premio que se otorga a los libros de corte religioso.

Al parecer esta censura se inscribe en las pugnas políticas que mantiene El Vaticano contra varias órdenes religiosas femeninas asentadas en Estados Unidos.

Cabe mencionar que el caso de la hermana Farley no es tan único dentro de esta confesión. Hace poco más de un año el fraile capuchino Ksawery Knotz dio a conocer un "kamasutra católico" con el cual invitaba a entrar en comunión con la divinidad, pues, según él, "Dios está en el orgasmo".

En otras religiones puede citarse el caso del heterodoxo monje budista Ikkyu Sojun, que buscaba la iluminación entre las tabernas y los muslos de las mujeres.

[Guardian]