La nueva frontera de los hackers: tu cerebro
AlterCultura
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 07/13/2009
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 07/13/2009
En la actualidad un buen hacker es capaz de infiltrarse en casi cualquier sitio o computadora que desee. El Internet no fue creado con previsiones de seguridad que tomaran en cuenta su crecimiento y su infraestructura hace muy difícil responder a todas las amenazas que enfrenta. Y, al parecer, los hackers, como rebeldes índigo childs forzados a pensar por sí mismos y salirse de la caja, son más listos que el gobierno y sus instituciones.
Esto hace que se gasten miles de millones de dólares en seguridad informática en el mundo; y ahora podría también generarse un nuevo predicamento con el creciente desarrollo de neurodispositivos , con los que se puede controlar una computadora, maniobrar una silla de ruedas o hasta usar Twitter sin tener que mover un dedo, los cuales podrían ser la nueva presa de los hackers.
Este peligro se incrementa ya que la mayoría de estos dispositivos, controlados por las señales eléctricas del cerebro a través de una interfaz capaz de traducirlas en ordenes paraun aparato, se están volviendo inalámbricos, algo que facilita el trabajo de los hackers.
Existe la duda de ¿para qué querrían los hackers intervenir los sistemas de electrodos usados para controlar brazos robóticos o los aparatos de estimulación cerebral profunda usados en el tratamiento de la depresión y del mal de Parkinson. (Algunos usuarios de Wired se burlan diciendo que se podría hackear un brazo prostético para asesinar al presidente). Pero existe un antecedente en el que unos hackers maliciosos vandalizaron sitios de ayuda para epilépticos transmitiendo animaciones en flash que provocaron ataques en algunos pacientes fotosensibles.
No hay que olvidar tampoco el amor puro al caos de muchos de los hackers cuya filosofía es una especie de nihilismo autorreplicante mezclado con la competividad bromista de los pranksters que buscan burlarse del sistema y ridiculizar a la autoridad.
No faltará quien, como el que graffitea en un edificio exclusivo, quiera colgarse la etiqueta de hackear cerebros.
El experto en seguridad computacional de la Universidad de Washington, Tadayoshi Kohno, advierte que si no se empiezan a tomar medidas en un futuro los riesgos serán demasiados, puesto que construiremos una industria a la que nos acostumbraremos y se volvera parte fundamental de nuestra vidas, pero que tendrá fallas de origen en su seguridad.
Hay que tomar en cuenta que si bien los dispositivos neurológicos son poco comunes en la sociedad actual y generalmente están limitados al uso de personas con algún tipo de discapacidad o enfermedad, en un futuro podrían ser utilizados para muchas otras cosas, como podría ser el mejoramiento de nuestra capacidades mentales o la inducción de ciertas sensaciones a través de estimulación electromagnética.
Si bien esto parece ser el terreno de la ciencia ficción en realidad está más cerca de ser el terreno de la ética, puesto que la ciencia para realizar este tipo de implantes cerebrales que mejoren la memoria y la inteligencia o se produzcan estimulaciones eléctricas en precisas zonas cerebrales para provocar tal o cual emoción en algunos casos ya se ha desarrollado y en otros está muy cerca de lograrse. La pregunta es cuándo y quiénes tendran acceso a esta alta tecnología cerebral.
"The union of human and machine is well on its way. Almost every part of the body can already be enhanced or replaced, even some of our brain functions. Subminiature drug delivery systems can now precisely target tumors or individual cells. Within two to three decades, our brains will have been "reverse-engineered": nanobots will give us full-immersion virtual reality and direct brain connection with the Internet. Soon after, we will vastly expand our intellect as we merge our biological brains with non-biological intelligence", Ray Kurzweil.
No sería del todo extraño que en algunas decadas nuestros gadgets de entretenimiento hi-tech, por ejemplo lo que hoy llaman smartphones, sean en realidad inteligentes y estén dentro de nuestro cerebro. Estaríamos todos verdaderamente conectados a un Internet planetario, una especie de noosfera materializada. Y entonces la seguridad sería una cuestión vital. Habríamos llegado al punto en el que "la tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia” y las guerras se lucharan, ahora ya no sólo metafóricamente, en nuestra mente.
Y tal vez no sólo sean los hackers los que quieran infiltrarse en nuetrsa mente y controlarla, así antes de que nos hacken, deberíamos de aprender a hackear nuestro propio cerebro.
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