El cine en 2025 se movió entre dos fuerzas: los grandes estrenos diseñados para romper la taquilla y las historias pequeñas que encontraron hogar en plataformas, festivales o nichos muy fieles. Fue un año variado, ruidoso y emocional, donde convivieron los universos más ambiciosos con relatos íntimos y animaciones hechas para durar.
Aquí un recorrido por 15 películas que fueron relevantes por su impacto, conversación o premisa.
Una de las apuestas más esperadas del año. Bong Joon-ho llevó la novela de Edward Ashton al terreno donde se mueve mejor: ciencia ficción con crítica social. No arrasó en taquilla como Parasite, pero sí generó conversación por su mezcla de humor oscuro, existencialismo y diseño visual.
Stop-motion artesanal y profundamente emocional. Elliot regresó con una historia sobre fragilidad, memoria y familia que conectó con críticos y públicos sensibles. Fue una de las películas de animación más comentadas fuera del circuito comercial.
Un título que se movió fuerte en festivales y conversaciones de cine alternativo. Su relevancia viene del tono crudo: culpa, moralidad y cuerpos puestos al límite. No llegó al mainstream, pero en espacios independientes fue de las favoritas del año.
Uno de los blockbusters centrales de 2025. Gunn redefinió el tono del personaje, mezclando humor, idealismo y una estética más cálida. Fue de las películas más vistas del año y el primer gran paso del nuevo DCU.
El universo de Kimetsu no Yaiba volvió a encender al fandom global. Visualmente contundente y emocional, consolidó otra vez el poder de la animación japonesa en la taquilla internacional.
El gigante del año. Fue la película más taquillera de 2025 gracias a su mezcla de mitología china, humor, acción y un apartado visual impecable. Marcó récords y dominó las conversaciones en Asia y más allá.
Estrenó en diciembre de 2025 y cerró el año con fuerza. Cameron volvió a demostrar que su universo sigue vivo por su despliegue tecnológico y narrativa emocional. Fue uno de los eventos cinematográficos del último trimestre.
Un thriller que se mantuvo entre los títulos más buscados del año. No tuvo la escala de un blockbuster, pero sí se habló de él por su enfoque psicológico y visual. De esos estrenos medianos que se ganan su propio público.
Una de las adaptaciones más discutidas del año por su material de origen: una maternidad incómoda, violenta y desgarradora. Aunque su distribución fue limitada, fue tema constante entre lectoras, críticos y cine de autor.
Película independiente que tocó temas bélicos desde lo íntimo. No llegó a las grandes salas, pero sí circuló en espacios alternativos por su sensibilidad y su aproximación menos convencional al conflicto.
DreamWorks regresó con la versión live-action. La nostalgia, los efectos visuales y el cariño por la saga hicieron que el estreno fuera uno de los más esperados del año. Funcionó bien tanto en crítica como en taquilla familiar.
Producción masiva, elenco enorme y el impulso global de la Fórmula 1. Fue de los blockbusters deportivos más grandes del año. Kosinski apostó por velocidad real y cámaras inmersivas, lo que mantuvo la cinta en conversación semanas enteras.
Ahora sí, tras años de retrasos, rumores y cambios de elenco, Los 4 Fantásticos regresaron con un tono más humano y cálido. Fue uno de los estrenos más esperados del MCU en 2025 y una pieza clave para su nueva etapa.
Una de las películas más comentadas en plataformas. Estrenada en MUBI, adaptada de la novela de Deborah Levy, se movió entre erotismo, tensión psicológica y relaciones madre-hija. Fue de las joyas discretas del año.
La segunda entrega del musical que explotó en taquilla en 2024 regresa para cerrar la historia con más brillo, más drama y una apuesta visual todavía más ambiciosa. Wicked: Parte 2 retoma el conflicto entre Elphaba y Glinda en un Oz que ya no puede sostener sus contradicciones, y lo lleva a un desenlace que promete ser tan emocional como espectacular.
Al final, el 2025 llegó con algo claro: el cine volvió a moverse entre lo íntimo y lo espectacular sin pedir permiso. Desde los blockbusters que encendieron la conversación global hasta las películas pequeñas que agarraron a la gente por sorpresa, este año dejó historias que se sienten vivas, incómodas, necesarias. Si algo demostraron estos estrenos es que seguimos buscando experiencias que nos acompañen después de la sala: relatos que se quedan en la mente, personajes que regresan cuando menos lo esperas y mundos que invitan a mirar el nuestro con otros ojos. Y eso, más que cualquier taquilla, es lo que de verdad hace que un año cinematográfico valga la pena
