En las últimas décadas algunos países han ido aceptando el consumo de marihuana con fines recreativos. Esta enigmática planta se ha convertido en coprotagonista de historias en películas, series y documentales. Su legalización también es parte de la agenda política de candidatos que pretenden ocupar un asiento en la administración pública. Existen colectivos y organizaciones civiles que impulsan estrategias de comunicación para desmitificar su consumo. Inclusive, algunas empresas han promovido amparos legales en ciertas regiones para poder utilizar los extractos relajantes de la marihuana que se agregan a fórmulas empleadas en medicamentos.
Aunque hay un aparente avance en la recepción positiva de la marihuana y sus consumidores, aún circulan mitos que perpetúan la estigmatización de esta hierba y a quienes la consumen, a la par que frenan la posibilidad de utilizarla con fines recreativos y medicinales.
Por eso, en esta nota enlistamos 5 mitos sobre el consumo de marihuana en México y cuáles son realmente los efectos de la cannabis.
Fumar marihuana mata las neuronas.
En sentido estricto, cualquier actividad que implique inhalar aire contaminado podría matar nuestras neuronas. No existe evidencia científica que compruebe una disminución significativa de neuronas por fumar marihuana OCASIONALMENTE. Lo que sí es importante recalcar es que esto sólo aplica para el consumo moderado de marihuana, que además no debe estar mezclada con algún otro ingrediente que pueda potenciar los efectos psicoactivos.
Legalizar la marihuana no detiene el narcotráfico.
Si bien el tema del narcotráfico es bastante complejo, varios investigadores han sugerido que quitarle la connotación de "ilegal" a la marihuana podría permitir que los consumidores se conviertan más fácilmente en productores, lo que llevaría a la diversificación del mercado, quitándole el monopolio de la venta y distribución a los cárteles. Legalizar la marihuana también abre la puerta a las medidas regulatorias que podrían contribuir a la mejora de la salud pública, sobre todo en estos tiempos pandémicos, donde aumentaron los casos de personas con padecimientos relacionados a la ansiedad y la depresión. Asimismo, sería posible la creación de incentivos gubernamentales que promuevan investigaciones sobre los beneficios del consumo de marihuana para la salud.
El consumo de marihuana no genera dependencia.
De acuerdo con diversas investigaciones, el consumo de marihuana sí genera dependencia y por ello se le categoriza como una droga en los códigos penales de varios países. Sin embargo, la probabilidad de que esto suceda depende de varios factores, principalmente de la edad en que comenzó el consumo, la alimentación, la rutina y los contextos psicosociales de los consumidores. En este punto influye el nivel de vulnerabilidad social al que está expuesta la persona consumidora.
La marihuana te vuelve más creativo.
Uno de los efectos psicoactivos de la marihuana es la distorsión de la percepción de la realidad. Este efecto es temporal, por lo que no genera un ejercicio mental que estimule el lóbulo frontal derecho, donde se "almacena" el potencial creativo del cerebro. Por esta razón tampoco existen sobredosis de marihuana, sólo efectos potenciales.
La marihuana no tiene efectos terapéuticos.
Contrario a los muy penosos argumentos de varios legisladores alrededor del mundo, la marihuana no es un placebo. En el caso de los pacientes con cáncer, se ha comprobado que el CBD ayuda a sobrellevar algunos efectos de la quimioterapia. Este psicoactivo también es utilizado para tratar problemas psiquiátricos y psicológicos en personas que padecen ansiedad y depresión con diagnóstico clínico. No obstante, es importante mencionar que estos beneficios no siempre son bien recibidos por todas las corporalidades, pues para quienes sufren enfermedades respiratorias como asma o neumonía puede resultar contraproducente el tratamiento con cannabis fumada. Afortunadamente existen otras alternativas, como los aceites y concentrados.
Es importante no perder de vista que cada persona genera su propio criterio sobre si el consumo es bueno o no. Lo cierto es que con tanta información, deberíamos tener el derecho a decidir sobre nuestro consumo sin exponernos a la criminalización o la persecución judicial y contar con la oportunidad de resignificar socialmente lo que significa consumir marihuana.