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Tu cerebro necesita cuidados especiales: no tienes que comprar nada, sólo cambiar algunos hábitos para mantener su salud (y la tuya) a largo plazo

Nuestras funciones cognitivas y nuestro cerebro no son por completo independientes de nuestros hábitos y emociones, sino profundamente interdependientes de éstos. Lo que pensamos afecta lo que sentimos, y viceversa. Y si bien no es posible mantener bajo total control ni nuestras emociones ni nuestra gimnasia cerebral, existen algunos rituales (sustentados en investigaciones de expertos) para mantener nuestro cerebro en buenas condiciones a lo largo de la vida.

 

1) Celebra pequeñas victorias

No importa si no eres una persona religiosa o muy espiritual que digamos; según B. J. Fogg, director del Persuasive Tech Lab de la Universidad de Stanford, el hecho de darte un momento para felicitarte a ti mismo(a) por las cosas que hacen bien afecta positivamente en tus emociones. De acuerdo con Fogg, el cerebro no puede diferenciar entre el progreso "real" y el progreso percibido. Y el progreso percibido parece guardar la llave secreta de la motivación: una rutina creativa que comience muy temprano va fortaleciendo la percepción de que estás haciendo algo con tu tiempo, lo que te motiva para seguir activo el resto del día.

 

2) Mantén tu cuerpo activo

A menudo escuchamos aquello de que el cerebro es un músculo y como tal hemos de mantenerlo ejercitado. Pero no se trata de una gimnasia exclusiva del cerebro, sino de ver el cuerpo como un todo interdependiente: si haces ejercicio, tu circulación mejora y tu cerebro recibe sangre con mejor oxigenación, lo que lleva a procesos cognitivos más finos. Un estudio de 2003 de la Universidad de Georgia descubrió que 20 minutos de actividad física moderada son suficientes para afectar positivamente procesos cerebrales como la memoria y el procesamiento de la información.

 

3) Aprendizaje constante

Un cerebro joven, sin importar la edad que tengas, depende de tu capacidad para adquirir nuevos conocimientos (no sólo nueva información). Tara Swart, investigadora del MIT, recomienda activar zonas del cerebro que no usas tan a menudo aprendiendo cosas nuevas, como practicando un idioma, aprendiendo a tocar un instrumento musical, etc. El escritor James Altucher sugiere hacer listas diariamente sólo con ideas: comienza tu día anotando cosas, como sueños o ideas de libre asociación, no necesariamente relacionadas con trabajo. La idea es que tu cerebro aprenda a pensar fuera de sus cauces habituales para mantenerse joven.

 

4) Adopta una posición erguida

Tu mamá tenía mucha razón cuando te decía que no te encorvaras: un estudio de Harvard de 2013 encontró una relación entre la actitud de las personas, la postura y el uso de gadgets. Las personas se muestran más seguras y acertivas cuando se sientan con la espalda erguida, y más vulnerables cuando están encorvadas revisando sus teléfonos. Erik Peper de la Universidad Estatal de San Francisco aconseja revisar la postura cada hora para no caer en lo que llama "iPosture", o la joroba propia de los que revisan incesantemente su teléfono celular; también recomienda acercar la pantalla del celular al rostro cuidando de no doblar la espalda. En suma, la postura corporal transforma la actitud.

 

5) No duermas con tu teléfono cerca

Aunque no existen estudios concluyentes que demuestren que la señal de Wi-Fi afecta tu cerebro, la luz que emite la pantalla afecta negativamente la producción de melatonina (la hormona del sueño, encargada de controlar tu ciclo circadiano), por lo que es deseable que no estés expuesto a luces de pantallas al menos 2 horas antes de irte a dormir. El cerebro necesita de 6 a 8 horas de sueño por muchas razones, pero una de las más importantes es la de desechar beta-amiloides, neurotoxinas que han sido halladas en personas con Alzheimer. 

 

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