*

Los románticos pusieron de moda los cementerios como un símbolo que uno percibe y que dice más de lo que es. La belleza de algunos de ellos es innegable, no sólo porque usualmente están construidos con cariño y diligencia –desde la escultura prodigiosa hasta el cuidado de los parque y las flores dispuestas en cada tumba–; también porque allí las cosas y los que yacen bajo tierra despiden absoluta quietud y muchas veces, paz.

El camposanto atrae a muchísimas personas a visitarlo. Aunque se puede decir que, a menudo, más que una atracción sienten una suerte de tentación irresistible de pasear entre los muertos, caminar por encima del pasado mientras bulle el presente y los árboles están más sanos que en ningún otro lugar. Hay, por supuesto, de cementerios a cementerios. Estos son algunos de los más bellos del mundo.