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No es extraño que nuestro cerebro se nos adelante a la hora de tomar decisiones. Milisegundos después de ver a una persona, ya ha decidido si es de fiar
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Se muestra de izquierda a derecha un nivel ascendente de confianza

Seguramente lo intuías: tu cerebro sabe distinguir, aun antes de que te des cuenta, cuando alguien es de fiar o no. Esto es lo que demuestra un nuevo estudio publicado en el Journal of Neuroscience.

Los autores de este estudio han descubierto que la amígdala, la cual se encarga de procesar comportamientos sociales y emocionales, distingue ciertos rasgos faciales (como la amplitud de los ojos, la curva de las cejas, o si te presentas con el rostro en alto) inmediatamente como signos de confianza.

Para la investigación, se mostró a un grupo de individuos rostros reales junto con otros generados por computadora y se les pidió que decidieran si la persona era de fiar o no. Mientras tanto, a otro grupo se le mostró las mismas imágenes, pero sólo por algunos milisegundos, mientras se encontraban dentro de un escáner cerebral. Para asegurar que estos sólo vieran las imágenes inconscientemente, después de cada flashazo se presentaba al sujeto una imagen neutral que captaba su atención consciente.

Se demostró entonces que, a pesar de que los sujetos del segundo grupo no estuvieran conscientes de haber visto los rostros, su amígdala había reaccionando discriminando los rasgos que consideraba poco confiables.

Lo que sigue sin determinarse es en qué medida el aprendizaje social puede cambiar las respuestas de la amígdala, señala John Cacioppo, uno de los autores del estudio. Puede que uno de tus más cercanos amigos tenga una cara evolutivamente no confiable, y en este caso es difícil determinar si la amígdala reacciona frente a su cara y luego corrige el rumbo, o si su reacción instintiva ha cambiado y reconoce desde el principio a un amigo.