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Niños aprenden a revivir los usos de las plantas medicinales mayas

Por: Jimena O. - 06/07/2014

A diferencia de los adultos, quienes ignoran y rechaza toda esta riqueza cultural, los niños están adquiriendo nuevas perspectivas para concientizar las experiencias y saberes de los antepasados.

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U Yich Lu’um, agrupación indígena maya, rinde honores no sólo a sus ancestros sino también a su futuro, los niños. Con el fin de revivir las costumbres de sus antepasados, Laurentino Chan Dzul, líder de la comunidad, les enseña la importancia de la agroecología, la lengua maya, los rituales, la vestimenta, el baile, el reconocimiento a los derechos humanos y la equidad de género.   

Los talleres de esa comunidad se basan en las enseñanzas de J-Men (o curandero) Mario Euan Chan, de la comunidad Tabi, quien cree en la necesidad de transmitir todo el conocimiento de la región.

Por esta razón surgió la idea de crear esos talleres para niños, ya que éstos son los más interesados en reconocer y recolectar plantas. Es cuestión de ofrecerles una guía para que aprendan los poderosos usos de los arbustos en infusiones, pomadas, jarabes, ungüentos o hasta pinturas.

A diferencia de los adultos, quienes ignoran y rechaza toda esta riqueza cultural, los niños están adquiriendo nuevas perspectivas para concientizar las experiencias y saberes de los antepasados. Laurentino explica que:

Una vez que los niños tienen los conocimientos básicos, entonces vamos al monte: les enseñamos las plantas, cómo se les puede reconocer, cómo debemos de recolectarlas y les decimos para qué sirven. [Mientras que] en el salón de clases profundizamos esta información, pero también les pedimos que platiquen con sus abuelos y ellos incrementen su preparación y luego también con un taller práctico, puedan elaborar diversos productos. […] Es motivarlos a recuperar las pláticas con los abuelos, que difundamos nuestras tradiciones y leyendas.

En una libreta, Laurentino mantiene un inmenso conocimiento de la botánica peninsular, donde se refuerzan los valores de la cultura maya. Para él, estos talleres son la puerta a una nueva visión de rescate. Lo importante es redimensionarlo a los intereses de los niños.

El proyecto, en sí, es significativo ya que no sólo se encarga de mantener vivas las costumbres de los mayas, sino también porque es una manera de (re)enamorarse de los orígenes. Y en el proceso se adquieran perspectivas más amplias de la naturaleza, así como una revalorización de la cultura maya y la moderna. Es el rescate de los valores de la humanidad.