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A lo largo de los años, Neuromancer, la ya mítica novela de William Gibson, se ha alojado en el cráneo de los más diversos lectores como un programa que empieza a desplegarse por la mente, abriendo túneles secretos que atraviesan clandestinamente las fronteras que dividen la realidad de la distopía.

Entre otros paseantes, numerosos ilustradores han transitado los oscuros pasadizos que llevan a las alcantarillas de Chiba City, han pedido un trago en la barra del Chatsubo Bar y han intentado registrar lo más posible, antes de ya no saber si lo que ven es una versión modificada de la realidad, es producto de alguna droga que no recuerdan o es la proyección de otro programa que ha infectado su mente.

He aquí algunas de las mejores instantáneas de Neuromancer, hackeadas directamente de la mente de sus creadores.