“Pensar, analizar, inventar (me escribió también) no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia”, escribió Borges en “Pierre Menard, autor del Quijote”, lista a la que podríamos agregar el debate y la discusión como otros tantos movimientos “naturales” de la mente y el entendimiento, ejercicios con los que se pone a prueba eso que pensamos y sabemos y que, como tales, también requieren entrenamiento y práctica.
En el debate, según las reglas de la lógica Occidental, formadas en siglos y siglos de reflexión sobre los caminos que sigue nuestro pensamiento para arribar a una conclusión, una de los trampas más penalizadas es la de incurrir en una falacia, la conocida estrategia de los sofistas que consiste en esgrimir un pseudoargumento que parece lógico y consistente pero que, en última instancia, apela a circunstancias fuera de la materia real de discusión.
Así, por ejemplo, ocurre con uno de los casos más conocidos, la falacia “ad hominem”, en la cual un argumento se desecha (pero no se refuta) a partir de las características personales de quien lo enuncia; una variante de esto puede ser la falacia de autoridad, en la cual usualmente damos una premisa por verdadera sólo porque concedemos algún tipo de autoridad a quien la defiende (digamos, porque se trata de un maestro a quien respetamos o de una persona de alto grado académico). En esta nota podrás encontrar otros ejemplos de falacias y prejuicios cognitivos que afectan nuestra racionalidad.
Pero el verdadero pretexto para escribir sobre falacias y vicios del pensamiento es este cómic que presenta al “Hombre Falacia: Maestro de la Filosofía, Lord del Debate, Sultán de la Razón” [♪♪ Dun Dun Dun ♪♪], un superhéroe improbable que aparecerá ahí donde alguien defienda su punto de vista con una falacia y, así sea haciéndole tragar tierra, le hará ver su error y lo corregirá.
Pero el superhéroe no está completo sin su némesis, su archienemigo capaz de derrotarlo en su propia arena, en este caso el “Chico del Sótano”, que en un Campeonato Mundial de Debate utiliza las armas del Hombre Falacia en su propia contra y le hace ver que señalar la falacia de alguien en una discusión es, en cierta forma, otra falacia en sí, una “falacia de falacia”, un señalamiento que no conduce a nada en el debate, que no refuta ni permite avanzar y, en todo caso, lleva a ese callejón sin salida en el que la razón occidental siempre termina lamiéndose sus heridas.
La traducción de las viñetas:
Dondequiera que alguien sea ilógico, ahí estaré.
Dondequiera que alguien se equivoque, le diré por qué.
―Sí, no sé, viejo, Peyton Manning dice que este es el equipo más talentoso en el que ha estado, creo que éste podría ser su año.
―¡ARGUMENTO DE AUTORIDAD!
―Amigo, qué demonios….
―Sí, pero Glenn Beck es un IDIOTA, no deberías escuchar nada de lo que diga.
―¡¡¡AD HOMINEM!!! AD HOMINEM AD HOMINEM AD HOMINEM AD HOMINEM ¡AD HOMINEM! AD HOMINEM AD HOMINEM AD HOMINEM ¡¡¡AD HOMINEM!!!
―AHH
―Si a ti te relleno el vaso gratis entonces tendré que hacerlo ¡CON TODOS!
―Perdí mi trabajo, mi esposa me dejó, mi dolor de espalda ya se puso peor.
―Detente ahí, hombre, después de todo eso, algo bueno tiene que pasar.
―Sí, eso es cierto, espero.
―¡TONTO! ¡FALACIA DEL JUGADOR!
―Las zanahorias son mejores que los dulces porque vienen de la naturaleza.
―¡NO! ¡FALACIA NATURALISTA! ¡COME TIERRA, NIÑA, DESPUÉS APRENDE A PENSAR!
Es el Campeonato Mundial de Debate con el quince veces campeón Hombre Falacia, enfrentando a su contrincante y archienemigo, el Chico del Sótano.
―… y POR ESO deberíamos volver al patrón oro.
Hombre Falacia prepara su respuesta…
―¡¡¡ARGUMENTO DE AUTORIDAD!!! ¡FALACIA DE COMPOSICIÓN, ATRIBUCIÓN FALSA! ¡COMPARACIÓN INCONSISTENTE, FALACIA DEL NIRVANA, LÓGICA DE LA TETERA, FALACIA DE REPETICIÓN!
―PROYECCIÓN MENTAL RAZONAMIENTO CIRCULAR PETICIÓN DE PRINCIPIO FALACIA ETIMOLÓGICA ARGUMENTO AD IGNORANTAM CAUSA SIMPLE FALACIA DE MORALIDAD
―Falacia de falacia
¡¡¡NOOOOOO!!!
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