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La película Upside Down, dentro de toda su estereotípica narrativa, permite reflexionar sobre si el amor es una fuerza cósmica o solamente un truco de marketing que sublima el mero instinto biológico con el fin de vender chocolates, desodorantes y paradigmas existenciales

El nuevo blockbuster de ciencia ficción Upside Down plantea un mundo dividido por la gravedad, en una hiperbólica alegoría en la que una civilización vive directamente sobre la otra --en espacios invertidos. La idea representa una interesante excusa para crear una  espectacular gama de paisajes-espejo y de explorar al extremo de la literalidad aquello que divide a dos personas enamoradas, así trazando una fantasía de amor hollywoodesca.

Upside Down, parece ser una versión sci-fi de la eterna trama de Romeo y Julieta (una telenovela a lo épico) en la que Adam debe de luchar literalmente en contra de la fuerza de la gravedad para  reunirse con Eden. En la típica trama de persecusiones y una montaña rusa de emociones Adan busca manipular las leyes físicas, burlando a las autoridades, para poder superar las fuerzas que lo separan de Eden.

Uno difícilmente puede esperar que esta sea una gran película, llena de clichés y de manipulación emocional a través de una orquestación audiovisual efectista --pero esto no le quita que sea una película que pueda disfrutarse e incluso verse como una exploración metafísica de ideas, en toda su majestuosa y pueril simplicidad.

Utilizada como el punchline del teaser, Upside Down, se pregunta si el amor es más fuerte que la gravedad. Esta idea es un refrito un poco más refinado de la idea fundamental de la mayoría de las películas románticas que inseminan nuestra cultura con la idea, por demás antigua, de que el amor es una fuerza cósmica que une a las personas más allá de los obstáculos, como una especie de destino que al cumplirse da sentido a nuestra existencia. Se puede referenciar la teoría del amor de Platón en la que las almas gemelas vagan  por el mundo buscándose para concretar una especie de alquimia de los opuestos.

Por otro lado sería importante cotejar la visión de la neurobiología en la que el amor es solamente un epifenómeno del instinto sexual, que a su vez es la mejor forma que han ideado nuestros genes (la información misma) para transmitirse y perpetuarse. Esto implicaría que cualquier tipo de idealización espiritual de una pareja sería solamente una ilusión astutamente generada por nuestros genes o nuestra inmunología para que nos reproduzcamos de manera más efectiva.

Lo interesante de esta película es que se sugiere, con una cursi o poética licencia (según se vea), que el amor es una fuerza superior a la gravedad --cuando el misticismo en ocasiones  identifica al amor con esta fuerza universal. Según el biógrafo Stewart Clark, el mismo Newton descubrió la gravedad debido a que antes conoció principios de la alquimia y del espiritisimo. Es posible que la gravedad universal sea una formulación científica de la ley de la atracción que fuera enunciada por la filosofía hermética. Newton, dice Clark, utilizó el término fuerza donde antes se utilizaba el término espíritu como una influencia que se transmitía en el vacío.   

La gravedad puede concebirse como "el fenómeno natural por el cual los cuerpos físicos parecen atraerse entre sí con una fuerza proporcional a sus masas", de esta definición quizás podríamos extrapolar que el amor --al menos la versión de Hollywood y la versión mística-- es quizás una forma de gravedad espiritual, o un fenómeno de atracción psicofísica en la que los cuerpos parecen atraerse entre sí con una fuerza proporcional a su energía (o algun coeficiente de vibración). Asimismo, esa fusión ansiada por los amantes, y eternamente inalcanzable, de ser uno solo y de crear su propio mundo, acaso únicamente puede conseguirse por la acción (implosiva) de la gravedad, como ocurre con una estrella con demasiada masa que colapsa y se convierte en un agujero negro (probablemente dando lugar a un nuevo universo). Esto es mera especulación romántica y metafísica, la cual a veces llegamos a encontrar en el centro de películas que aparentemente son solamente megalomaniacas fórmulas comerciales , pero que también son poderosos símbolos del viaje humano en el cosmos.

Twitter del autor: @alepholos