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Un estudio científico muestra que someterse a una situación de dolor física hace que disminuya la culpa por haber realizado actos poco éticos

La noción de que el dolor sirve como mecanismo de expiación y borra la culpa de los pecados está ampliamente difundida en el pensamiento católico, hasta el punto de crear toda una dimensión  paralela dedicada a esta purificación a través del dolor: El Purgatorio, o de generar toda una corriente de autoflagelación (la cual no es exclusiva a la religión católica, incluso en el sexo el sadomasquismo parace operar bajo el mismo mecanismo). Al parecer  la teología no estaba lejos de la ciencia en este caso como parece confirmar un estudio de la Universidad de Brock Bastian en Queensland, Australia.

En el estudio participaron 62 estudiantes, de los cuales a 39 se les pidió que escribieran por 15 minutos sobre algún momento en el que se comportaron de forma poco ética , al grupo de control de 23 se les pidió que simplemente escribieran sobre lo que habían hecho ayer. Después de esto se les pidió que contestaran un cuestionario sobre como se sentían en ese específico momento, el cual midió, entre otras cosas, la escala de culpa de 1 al 5.

Luego se les dijo a los participantes que tenían que completar una prueba de destreza física –la primera supuestamente había sido de destreza mental-.  A 23 de los 39 que habían escrito sobre su comportamiento poco ético se les pidió que sumergieran su  mano en una cubeta de agua helada por todo el tiempo que pudieran. A los demás se les pidió que sumergieran su mano en una cubeta de agua caliente por 90 segundos . Al mismo tiempo los participantes debían de mover clips de papel de una caja a otra para mantener la ilusión de que la prueba era sobre destreza física. Después de completado el ejercicio se les volvió a preguntar que llenaran el cuestionario sobre como se sentían peroahora se incluye también una pregunta sobre cuánto dolor sentían.

Aquellos que escribieron sobre su comportamiento inmoral se expusieron al agua helada por un promedio de 86.7 segundos mientras que aquellos que no escribieron sobre su comportamiento inmoral sólo soportaron en promedio 64.4 segundos. Los que escribieron sobre su comportamiento inmoral midieron el ejercicio con un 2.8 en la escala de dolor mientras que los otros sólo 1.9, pese a que no soportaron tanto tiempo, lo que sugiere que los que escribieron sobre su comportamiento inmoral estaban activamente buscando experimentar dolor.

El experimento mostró que el dolor fue catártico. Los que fueron guiados a sentir culpa a través de su textos evaluaron su escala de culpa primero en un 2.5 y después del agua helada sólo en 1.1. En el caso de los que no escribieron sobre sus comportamiento “pecaminoso” su nivel de culpa apenas tuvo una variación de 1.2 a 1.3.

El experimento sugiere que la expiación es efectiva, al menos en el cerebro y aquí en la Tierra, no necesariamente en el espíritu o en el más allá.

[The Economist]