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Las bases de la neuroteología son exploradas en una película corta de alta estimulación visual

 

Un estudiantes de computación y un estudiante de cine desarrollan un protocolo para tener visiones místicas. Estudiando las religiones del misterio y el arte sagrado encuentran patrones que se repiten, los cuales unen a conocimientos modernos de neurociencia para desarrollar una tecnología de imágenes teofánicas. Jugando con estimulación fótica, geometría sagrada, códigos matemáticos y tecnología óptica, los jóvenes crean un patrón que mimetiza la estructura del cerebro, pero les falta un último ingrediente. Debe de haber un componente emocional para simular a Dios en el cerebro: la producción de neurotransmisores provocados por una situación de estrés, algo como una descarga de DMT endógeno, es la clave final.

Esta es más o menos la trama del cortometraje The Brain Hack, dirigido por Joseph White. Una formidable storyline de ciencia ficción que explora la neuroteología --la idea de que las visiones místicas pueden ser explicadas materialmente como epifenómenos del cerebro: Dios como un un glitch o un bug de nuestra biocomputadora. Aunque esta idea no es muy original, es parte de la investigación de doctor Michael Persinger y su casco de Dios, que supuestamente es capaz de producir visiones místicas en gran parte de las personas que son estimuladas transcranealmente con este aparato, y ciertamente tiene un gran potencial cinematográfico --con un trasfondo de especulación filosófica y crítica religiosa. Nos gustaría ver esto en un feature film con más presupuesto y quizás mejores actuaciones. Dicho esto, el corto tiene bastantes buenas gráficas y resuelve de manera interesante, dentro de sus limitaciones, esta ambiciosa propuesta.

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