Bajo la máxima de que son "demasiado grandes para caer", los grandes bancos en el mundo actual se han asegurado la impunidad. Posicionados en los nodos estratégicos del castillo de naipes, se han protegido bajo la amenaza de que dejarlos caer prepipitaría todo el sistema -ese fantasma- sobre el que se ha construido la economía moderna y eso, nos dicen, afectaría aún más a los consumidores, a la clase media y a la clase baja. Ese es el paracaídas de oro de la mafia.
Hoy Barack Obamafirmó una reforma financiera que, según sus declaraciones, asegura que el pueblo no tendrá que volver a rescatar a los bancos; celebrada por muchos como un golpe a Wall Street (y por otros llamada insuficiente, faramalla). Mientras esto sucede se da a conocer información que el banco Wachovia ha lavado grandes cantidades de dinero para cárteles mexicanos.
El diario financiero Bloomberg reporta sobre el hallazgo, en abril del 2006, de 100 millones de dólares en cocaína en Ciudad del Carmen, México, dentro de un jet DC-9 comprado con fondos lavados a través de Wachovia y el Bank of America. Wachovia fue comprado por Wells Fargo en el 2008, el cuarto banco más grande de Estados Unidos, el Bank of America es el más grande.
Este no fue un incidente aislado para Wachovia, Wells Fargo ha admitido en corte que Wachovia falló en no monitorear y no reportar dinero lavado por traficantes de drogas, incluyendo el dinero usado para comprar cuatro aviones que transportaron un total de 22 kilos de cocaína. Se les acusa de lavar 380 millones de dólares. Admitir que "fallaron", en lenguaje de banqueros, es decir básicamnete que lo hicieron a sabiendas, pero que saben que están cubiertos por la ley, por lo cual pueden admitirlo atenuadamente.
Pese a todo esto se espera que Wells Fargo-Wachovia salga sólo con una multa y una advertencia. El trabajo de lobby ha hecho bien su su blindaje. Recordemos que los que promueven las leyes desde el gabinete financiero (Geithner, Robin, Summers, Bernanke, etc.) todos han mantenido puestos en los bancos más importantes antes de saltar al gobierno.
William Smith de Bloomberge escribe:
"Ningún gran banco estadounidense… ha sido acusado alguna vez por violar la Ley de Secretos Bancarios o cualquiera otra ley federal. En vez de eso, el Departamento de Justicia resuelve acusaciones criminales utilizando acuerdos de suspensión de actuaciones judiciales, según los cuales un banco paga una multa y promete no volver a violar la ley… Los grandes bancos están protegidos de los enjuiciamientos gracias a una variante de la teoría de demasiado-grande-para-caer. Encausar a un gran banco podría provocar una carrera frenética de los inversionistas para vender acciones y causar pánico en los mercados financieros".
La pena de Wachovia se espera sea de 160 millones de dólares (por lavar 380) y la promesa de no volverlo hacer. O sea que su negocio de lavado de dinero del narco le seguirá dando ganancias.
Y no sólo es Wachovia, es un secreto a voces en la industria financiera que muchos bancos viven del dinero lavado por el narco, el narco posiblemente relacionado a la CIA, que ayudó a lanzar el negocio del opio en Afganistán. El mismo zar de las drogas de la ONU aceptó que el dinero del narco ayudó a salvar a los bancos de la crisis financiera.
"Los préstamos interbancarios fueron fondeados por dinero originado en el tráfico de drogas y otras actividades ilegales... Existen signos de que algunos bancos fueron rescatados de esta forma", dijo en un reporte del 2009 Antonio María Costa, que sin embargo se negó a decir qué países o qué bancos recibieron los narcodólares, ya que supuestamente su dependencia está encargada sólo de detectar el problema pero no de asignar culpa. Además, el dinero ha sido lavado efectivamente y es parte del sistema oficial, señaló.
Mover el dinero es uno de los elementos vitales de una empresa criminal, sin convertir el efectivo en fondos aparentemente inocuos, el narco no puede operar. Esto es algo que estaba haciendo Wachovia, no sólo dejando operar al narco sino en cierta forma cooperando con él. No sería demasiado decir que muchos de estos bancos son carteles financieros, no menores criminales que los mismos narcotraficantes que como parte de su trabajo tienen que matar personas. Los bancos no se tienen que ensuciarse las manos, porque ya han lavado el sistema a su favor.
Daniel Estulin al respecto de está información dice que las drogas representan 900 mil millones de dólares al año, lo cuál es demasiado dinero para guardar en un calcetín. Ahí entra la mafia financiera: este es justamente el dinero que los puede hacer multimillonarios clandestinamente, sin regulación, y fondear proyectos de inteligencia en diferentes lugares del mundo.
Aunque la reforma financiera firmada hoy por Obama tiene algunos términos positivos, no lidia con este tipo de cuestiones y mantiene la impunidad de estos organismos "demasiado grandes para caer".