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El popular director de cine expone la política imperialista anti reforma con la que opera Estados Unidos en América Latina.

Más allá de lo cuestionable que pueda ser el autoritarismo de Hugo Chávez y aunque habría que analizar hasta que punto el director de cine Oliver Stone se ha convertido en su brazo propagandístico, mucha de la información que maneja Stone en su nueva película es digna de condiderarse, en el sentido que expone la propaganda estadounidense y su modus operandi en América Latina.

Stone sostiene, en su investigación para su película "South of the Border" y después de entrevistarse con la mayoría de los jefes de estado de Sudámerica, que Estadods Unidos ha provocado, a través de sus agencias de inteligencia y de sus aliados, 55 golpes de estado o intervenciones militares en América Latina, convirtiéndose en el máximo responsable de destabilizar el área, para estabilizar sus intereses: es decir detener todo tipo de reforma que transforme el regimen que favorece sus inversiones y el control de los recursos naturales, bajo el principio de "América para los americanos", en el que Estados Unidos se autodefine como el dueños de América.

Particularmente Estados Unidos se opone a las reformas laborales y a las reformas en los medios de comunicación que alteren las condiciones que les permite a las grandes corporaciones mantener una mano de obra barata y mantener su injerencia en la opinión pública.

Stone aclara que en este momento sus únicos dos aliados son Colombia y Perú, ya que reciben dinero para la fraudulenta guerra contra las drogas (habría que incluir a México también).Y hace enfásis en que los paramilitares en Colombia han matado a decenas de miles de personas en ese país y provocado el desvanecimieno de miles más.

En una entrevista Chávez le dice que el plan de Bush de provocar un golpe de estado en Venezuela era para obtener el petróleo algo que luego hizo en Irak.

Si bien hay tener que cuidado con la versión de Stone, convertido al encanto de Chávez y aún ilusionado con un anacrónico sueño revolucionario, es interesante ver la perspectiva latinoamericana, con todos sus vicios, opuesta a la versión mediática oficial de Estados Unidos de lo que sucede debajo de la frontera y a su forma, con su propia corrupción local, peleando contra los intereses del imperio del norte. Recordando que los regimenes que critica Estados Unidos y por los cuales inicia guerras y moviliza una industria de vigilancia y terror difícilmente son tan despiadados o corruptos como este país que se escuda en un aparato de control mental mediático sumamente poderoso.

Vía Alternet