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El sexo oral entre murciélagos prolonga la cópula y tiene efectos secundarios en científicos recatados.

El psicólogo Dylan Evans le quería mostrar un artículo científico con el título "Fellatio in fruit bats prolongs copulation time" a una colega como parte de una discusión sobre la particularidades del comportamiento humano, sin embargo esto le pareció ofensivo a su colega.

Una semana más tarde su colega lo demandó por acoso sexual, al parecer leyendo un mensaje (bastante fino, a nuestro juicio) de incitación sexual en el trabajo. Debido a esta demanda Evans es monitoreado constantemente por las autoridades de su universidad, College Cork, en Irlanda y al parecer ha perdido la oportundidad de un puesto como maestro.

Después de una investigación independiente se encontró que Evans no era culpable de acoso sexual aunque su colega sí tenía motivo para ofenderse ya que la"broma" contenía una intención sexual (¿pero hasta que punto es una ofensa o hasta un delito hacer una invitación sexual a alguien de una forma no agresiva?)

El rector de la universidad, Michael Murphy, está bajo presión de la comunidad científica internacional para levantar esta exagerada sanción a Evans.

Además de su uso entre seres humanos, el sexo oral ha sido documentado entre bonobos Pan paniscus y, en este caso, entre murciélagos Cynopterus sphinx. Durante la cópula las hembras lamen la base del pene del macho mientras éste las penetra, esto hace que los machos no remuevan su pene de la vagina de sus parejas y aumenta el tiempo de la cópula.

Vía New Scientist