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El desfile de primavera-verano 2010 del diseñador francés Jean Paul Gaultier reinterpreta la moda mexicana para llevarla una dimensión cósmica y renovar el folklore en elegancia futurista.

Penachos, flores de quetzal, sombreros de charro, vaqueras tex mex en duelos interdimensionales, vestidos metálicos, futuristas, transhumanos, como si la raza cósmica de Jose Vasconcelos diera a luz en un folklore de elegancia, fusionando el arco iris de la existencia, recuperando el poder de Itzpapalotl (la Mariposa de Obsidiana) y de Xochiquetzal, diosa del volcán.

Evidentemente la inspiración de Gaultier en México es una excusa (un espejo humeante, un glam reinventado) para su imaginación que trasciende una frontera cultural, para alma-magnetizar todo una paleta de formas y colores, que en este caso sólo podemos agrupar en una selva galáctica, romántica y psicodélica.

De cualquier forma la colección primavera verano de alta costura de la casa francesa se destaca de sobremanera (salvo en un par de vestidos engendros abominables de la fusión) desfilando princesas-guerreros de una arcadia resucitada, Paris /Jardines de Luxemburgo meets Puebla /Atlantes Toltecas y chinas poblanas). Madam Guermantes promenades avec Tezcatlipoca(y los mariachis asaltan con serenata de gucamayas y balas de plata: una de las canciones en francés dice "México, fruit de soleil" ¡¡¡kukurukuku, viva el gallo cósmico!!!)