Los toltecas, una civilización que floreció en Mesoamérica entre los siglos IX y XII, dejaron una profunda huella en la filosofía y espiritualidad de la región. Su legado, conocido como "Toltekayotl", encapsula una visión del mundo que busca la armonía entre el individuo, la comunidad y el universo.
Autoconocimiento y autorreflexión: Los toltecas promovían la introspección como medio para alcanzar la sabiduría y comprender el propósito de la existencia. Este enfoque en la autorreflexión es esencial para vivir en equilibrio con uno mismo y el entorno.
Conexión con la naturaleza: La cosmovisión tolteca enfatizaba una relación profunda y respetuosa con la naturaleza, reconociendo la interdependencia entre el ser humano y su entorno natural.
Arte de vivir: Para los toltecas, la vida misma era considerada una obra de arte. Este concepto, conocido como "Toltekayotl", implica vivir de manera consciente y creativa, transformando cada acción en una expresión artística.
La filosofía tolteca influyó significativamente en culturas posteriores, como la mexica, integrando conceptos de dualidad, equilibrio y la importancia de la comunidad. Estos principios se reflejan en prácticas religiosas, estructuras sociales y expresiones artísticas de diversas civilizaciones mesoamericanas.
En la actualidad, la sabiduría tolteca ha resurgido como una fuente de inspiración para quienes buscan una vida más consciente y equilibrada. Obras modernas han reinterpretado y difundido estos conocimientos, adaptándolos al contexto contemporáneo y destacando su vigencia en la búsqueda del bienestar personal y colectivo.