5 formas en las que el feminismo ha mejorado nuestro mundo contemporáneo
Sociedad
Por: Monse Aguilar - 03/08/2023
Por: Monse Aguilar - 03/08/2023
El feminismo como un movimiento político, social e ideológico ha existido al menos desde finales del siglo XIX. Actualmente, muchas personas tienen opiniones encontradas respecto de lo que es o lo que debe ser el feminismo, porque de entrada una de las definiciones sugiere que es un movimiento que crea la igualdad entre hombre y mujer.
Sin embargo, al mismo tiempo esta conceptualización ya no es suficiente para entender el presente, y sobre todo, ya no existe una definición homogénea que englobe todas las intersecciones que atraviesan los cuerpos y las experiencias de las mujeres.
Con todo, puede decirse que en términos más generales, el feminismo es el estudio y la defensa para abordar la desigualdad política, social y ambiental en la intersección de género, raza, clase y orientación sexual. Las diversas luchas del feminismo reclaman la palabra "feminista", la cual, cabe decir también, suele ser empleada mediáticamente como un adjetivo que denota odio hacia los hombres, pero nada cierto hay en ello. Las feministas están luchando por defender los derechos de todas, incluidos aquellos que se identifican como hombres. Basta con leer publicaciones en redes sociales que afirman con vehemencia que las cosas han cambiado y ahora es el "fin de los hombres" para comprender que es necesario traer de vuelta la acción colectiva del feminismo para desmitificar esta y otras creencias sin sentido.
Durante siglos, las mujeres fueron excluidas de tener voz en decisiones y conversaciones importantes sobre la vida pública de sus entornos. Y aunque aún existen muchos países en los que las mujeres no tienen acceso a derechos políticos y económicos, se ha sembrado la semilla en varios de ellos en donde las mujeres ya no callan ante las injusticias. Pero para adoptar este modo de acción colectiva es necesario abordar comportamientos socializados y creencias normalizadas por la sociedad. Identificarse como feminista muestra un mayor impacto que simplemente tener creencias feministas. Se ha encontrado que la conciencia experimentada por esta etiqueta tiene un impacto positivo para las mujeres en las relaciones con un hombre, el comportamiento sexual y la imagen corporal.
La identidad feminista tiene características protectoras contra los estándares de belleza imposibles y limitantes que se encuentran en la cultura occidental. Cuando las mujeres aprenden a abrazar todos los cuerpos como hermosos, la vergüenza y la agresión internalizadas por no conformarse pueden comenzar a disiparse. Las mujeres heterosexuales reportan mayor igualdad en las relaciones, estabilidad y satisfacción sexual si su pareja también es feminista.
Muchas sociedades enseñan a las niñas a encogerse y las crían para satisfacer las necesidades de los hombres, mientras ellas ponen sus propias emociones en un segundo plano. El feminismo permite que las mujeres manejen, enfrenten y resistan el dominio masculino mientras se solidarizan con otras mujeres.
La masculinidad tóxica es un perjuicio para todos. Para erradicar los ideales dolorosamente limitantes de los hombres se requiere compasión y paciencia. Reconocer el papel de uno en el mantenimiento de un sistema anticuado es un desafío cuando los estados internos permanecen en gran parte inconscientes.
Para sanar, los hombres también deben pasar por un período de luto que requiere vulnerabilidad y abordar la vergüenza. El feminismo no pretende amenazar al hombre, sino liberarlo de los confines de los rígidos roles y estereotipos de género.
El cuidado de los niños, la planificación social, el trabajo emocional y las tareas domésticas han sido codificados durante mucho tiempo como femeninos y devaluados desde un punto de vista monetario, pero lo cierto es que las mujeres no están "preparadas" para estos roles debido a la biología. Las mujeres no son abnegadas por naturaleza, sino que esos comportamientos han sido socializados para creer que lo son o, de lo contrario, se las considerará "malas mujeres". Esta es una forma de sexismo.
De igual manera, la división desigual del trabajo prevalece en las relaciones heteronormativas, y el mero acto de sugerir conversaciones difíciles requeridas para el cambio requiere trabajo emocional. Lavar la ropa e ir de compras pueden ser experiencias agradables, pero cuando se descartan debido a la supuesta incapacidad de los hombres para hacerlo, se convierten en un punto de discusión.
Desde el momento en que nacen, las mujeres son bombardeadas con lo que la escritora feminista Emily Nagaski se refiere en su libro Come As You Are como el mensaje mediático, moral y médico de la sexualidad. "Tienes que verte así", "actúa de tal manera", porque si no lo haces, serás acreedora de un sinfín de adjetivos que degradan tu identidad y tu dignidad.
Por fortuna, una de las más importantes aportaciones del feminismo es la afirmación de que las mujeres son seres sexuales tanto como son personas inteligentes. Es decir, una cualidad no va, en modo alguno, en detrimento de otra.
Lamentablemente, la misoginia internalizada y la vergüenza de ser nombrada con algún sobrenombre hiriente pueden impregnar la psique. La sexualidad poco a poco está ganando "permiso" para existir en el cuerpo de las mujeres, pero aún se considera socialmente impropio que las mujeres quieran sexo o hablen de ello abiertamente. El feminismo enseña a las mujeres a aceptar su cuerpo y explorar lo que significa ser un ser sexual, porque si no sabes lo que te gusta, es difícil pedir lo que quieres.
Y no sólo ello: ha habido un avance significativo en el reconocimiento jurídico y social de la libertad de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. Si quieren ser madres, o no, y en qué términos hacerlo.
El feminismo es para todas. Al igual que otros movimientos sociales, la educación y la acción colectiva son necesarias para que se propague el cambio. Una mentira dudosa afirma que ya no hay necesidad de feminismo , que se ha alcanzado la igualdad de género y que la ira asociada con la defensa es problemática. Hay más oportunidades presentes para las mujeres. ¿Pero qué mujeres?
Los placeres del individualismo a menudo se otorgan a mujeres de clase media alta, blancas, cisgénero y heterosexuales. La verdadera igualdad se alcanzará cuando se brinden opciones, seguridad y libertad a todas las mujeres y géneros, independientemente de su raza, clase u orientación sexual. Si quieres experimentar lo que significa vivir según tu propio conjunto de valores y crear una vida fuera de la caja, el feminismo te apoya.