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Esta maravillosa especie, una de las de mayor tamaño en el reino de los insectos, nos revela algunos de sus más íntimos secretos.

A lo largo y ancho de Nueva Zelanda vive una criatura muy parecida a los grillos conocida como weta. Estos insectos pueden parecer atemorizantes al principio pero, si se les ve bien, son criaturas hermosas y fascinantes.

Son una especie muy antigua, pues se calcula que la edad de estos insectos es de 180 a 190 millones de años, es decir, sobrevivieron a varios períodos geológicos y a la extinción de los dinosaurios.

Se han encontrado más de 70 especies, la más grande, el Weta gigante, puede llegar a tener el mismo tamaño de una palma, mientras que los más chicos miden 5cm. Habitan en el suelo, los árboles, las cuevas, los pastizales y los arbustos.

No poseen alas pero cuentan con mandíbulas para triturar su comida. Sus funciones dentro de la cadena alimenticia son similares a las de los ratones; suelen esconderse en el día y salir por las noches para alimentarse de vegetación, deshechos y otros insectos enfermos o muertos.

Su clasificación es difícil; se han encontrado pocos especímenes de algunas variantes. Actualmente están amenazados por la reducción y modificación de su hábitat natural y la introducción de animales ajenos al entorno (como ratas, gatos o erizos).

Al sentirse amenazados, los machos son especialmente agresivos y usualmente levantan sus patas posteriores cubiertas de espinas. Los weta machos cuidan de un número de hembras que esconden sus huevos entre la vegetación. 

Son capaces de invernar mediante la criptobiosis, es decir, se llevan a un estado de suspensión animada en el que desaparecen sus signos vitales y conservan intactas sus células congeladas para despertar en primavera. Sin duda son uno de los insectos más interesantes de Oceanía. En el siguiente video puedes ver un poco más del weta: