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Las ciudades abandonadas en torno a la planta de Chernóbil se han convertido en hábitat de diversas especies

El 26 de abril de 1986 tuvo lugar el mayor accidente nuclear jamás registrado (de hecho, el mayor accidente provocado por humanos en la Historia), cuando una falla humana en la planta nuclear de Chernóbil, hoy Ucrania, produjo una filtración de material radioactivo. Al menos 5% del reactor nuclear fue volcado en la atmósfera y en el viento, y su impacto pudo sentirse hasta Irlanda.

La falta de cultura de seguridad y el aislamiento de la Unión Soviética durante la Guerra Fría suelen ser señalados como la causa del desastre, el cual cobró la vida de decenas de personas en las semanas posteriores al accidente y provocó cientos de casos de cáncer en trabajadores y personal de rescate. Más de 350 mil individuos fueron evacuados de la noche a la mañana y no volvieron a sus hogares. Unos 5 millones de personas siguen viviendo en áreas contaminadas por radiación nuclear sobreviviendo de rebaños y, aunque parezca improbable, también del turismo. Chernóbil fue declarada zona turística en 2011.

Y es que a pesar de que pasarán cientos de años para que la zona quede libre de radiación, algunos animales habitan muy cerca de la planta nuclear sin aparentes consecuencias. Las ciudades abandonadas en torno a la planta de Chernóbil (cuyo sarcófago debe ser cambiado próximamente para evitar una nueva filtración de material radiactivo, si es que los conflictos entre Ucrania y Rusia lo permiten) se han convertido en hábitat de lobos, zorros, gatos, águilas, garzas, alces y todo tipo de aves y roedores, mostrando que la vida se abre paso a pesar de todo.

 

(Vía El País)