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La fotógrafa Rebecca Bathory viajó con su cámara al este de Alemania, Ucrania, Bulgaria, Hungría, la República Checa y Eslovaquia para retratar los vestigios de la URSS

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Después de la muerte de Lenin en 1924 y el poder en manos de Stalin la URSS comenzó una macroindustrialización, una gran represión política y una economía centralizada que causó estragos al pueblo.  

En 1941, junto a sus aliados, Alemania invadió la Unión Soviética, con la que había firmado un “pacto de no agresión”, y en el 45, después de 4 años de brutal y sanguinaria guerra, la URSS resurgió victoriosa como un fénix.

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Los aliados de Europa Oriental, junto con la URSS, involucrados en la Guerra Fría, prolongaron la lucha política e ideológica contra Estados Unidos y sus aliados de occidente, hasta que la Unión Soviética cedió debido a los disturbios políticos internos y externos y los problemas económicos que aquejaban al país.    

Desde 1945 hasta antes de su desintegración total en 1991 este Estado federal marxista-leninista dominó junto con Estados Unidos la agenda de la política global, los intercambios culturales, las operaciones militares, los avances científicos y los asuntos exteriores.  

De esta potencia mundial quedan recuerdos, algunos datos almacenados en libros y la memoria del cuerpo de las ciudades donde dicho Estado imperó.

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Esta memoria de algún modo corporal (arquitectónica) es capturada por la fotógrafa Rebecca Bathory, radicada en Londres y también conocida como Rebecca Litchfield, quien viajó a través de la antigua Unión Soviética para capturar imágenes de inquietantes ruinas abandonadas para su libro Soviet Ghosts (Fantasmas soviéticos).

En las imágenes aparecen hospitales en descomposición, prisiones, estaciones de espionaje y asilos, y parecen evocar una sensación extraña, fúnebre, de una especie de abandono macabro.

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Igual que los tatuajes sobre la piel, estas imágenes muestran la piel de las paredes abandonadas y descascaradas en arquitecturas que han quedado dispuestas como cuerpos petrificados y muertos, los vestigios de una época de poder y efervescencia política.

Durante su viaje por carretera, Bathory visitó lugares como el este de Alemania, Ucrania, Bulgaria, Hungría, la República Checa y Eslovaquia.

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