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Un nuevo estudio revela que existe una variación genética que hace que algunas personas sean mucho más emocionales que otras

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De acuerdo con un nuevo estudio, nuestros genes pueden influenciar qué tan sensibles somos a la información emocional. Los resultados revelan que existe una variación en los genes que hace que algunas personas experimenten los aspectos emocionales con más nitidez perceptiva que los aspectos mundanos (aunque el que carga con esta “variación genética” lo sabrá de antemano).   

La autora del estudio, Rebecca Todd, dice: “Las personas realmente ven el mundo de manera distinta. Para las que llevan esta variación genética, las cosas emocionalmente relevantes del mundo resaltan mucho más”.

El gen en cuestión es ADRA2b, que influencia al famoso neurotransmisor noradrenalina. Todd ya había encontrado que los portadores de esta variación genética (alrededor de 50% de las personas, aunque en distintos niveles) mostraban mucho más atención a las palabras negativas que el resto, pero ahora que escaneó los cerebros de 36 participantes, 21 de los cuales eran portadores de la variación, sus expectativas fueron rebasadas.

Los portadores de la variación de genes mostraron significativamente más actividad en una región del cerebro responsable de regular emociones y evaluar tanto el placer como la amenaza. La doctora cree que esto puede servir para explicar por qué algunas personas son más susceptibles al trastorno por estrés postraumático o a tener memorias intrusivas después de un trauma.

Las emociones no son sólo la manera en que vemos el mundo; son también la forma en que nuestro cerebro influencia nuestra percepción del mundo. Mientras más “emocionales” seamos, tantas más cosas resaltan de la uniformidad mundana para decirnos algo, y aunque desde luego no sea la manera más fácil de vivir, ahora sabemos que está escrito en los genes y que hay cientos de maneras de aprovechar su trascendente potencia. El primer ejemplo de Todd de un portador de esta variación es Marcel Proust: “Él mordió una magdalena y luego escribió siete volúmenes de memorias”, dice. “Probablemente también era emocionalmente sensible y ciertamente creativo. Él es un clásico portador de la variación”.