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Este hombrecillo suizo --que recuerda un poco a un Woody Allen del siglo XIX-- es el antecedente directo de Superman y los mutantes del universo Marvel, aunque está más cerca del Werther de Goethe

Obadiah-Oldbuck

Siempre que se trata de marcar con precisión el primer cómic de la historia, aparece uno más antiguo: la relación entre imagen y palabra no es invención del siglo XX, y ya está sugerida en el arte antiguo de Egipto o en los ideogramas chinos y japoneses. 

Sin embargo, los estudiosos del formato afirman que The Adventures of Obadiah Oldbuck, de 1837, puede detentar honrosamente el título del primer cómic de la historia. Es obra del escritor y dibujante suizo Rodolphe Töpffer, quien poco a poco (a casi 2 siglos de su obra) comienza a ganar un lugar en los orígenes de las historias contadas en imagen y palabra.

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De hecho, se cree que Töppfer inventó la tira cómica en 1827 (según TheComicBook.com), y su libro sobre el personaje Obadiah Oldbuck se tradujo a muchas lenguas, manteniéndose en imprenta en Estados Unidos hasta 1877.

Mr. Oldbuck es un romántico, en el fondo: es un Werther burgués enamorado de una chica inalcanzable, a quien tratará de conquistar mientras trata de conquistar sus propias pasiones. No tiene superpoderes ni una historia de origen fascinante, pero su torpeza para suicidarse es notable, además de que sus continuas muertes y resurrecciones lo convierten en una especie de metáfora del cómic mismo, siempre renaciendo de sus cenizas. El ritmo de la narración y algo de comedia física lo vuelven, a nuestro parecer, un antecesor directo de Chaplin y el cine mudo. 

Puedes leer el cómic completo aquí.