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Hoy, 21 de diciembre de 2014, se registrará la noche más larga en más de 4,500 millones de años de historia en la Tierra.

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Deep into that darkness peering, long I stood there,

wondering, fearing, doubting, dreaming dreams no mortal ever dared to dream before.

Edgar Allan Poe

Solsticio es sin duda una de las palabras fonéticamente más hermosas de nuestro diccionario. La imponente ligereza que emerge al pronunciarla, junto con el intrigante fenómeno al que refiere, hacen de este término una pequeña, y oscura, gema semántica. Como muchos sabrán, hoy 21 de diciembre se celebra en el hemisferio norte el solsticio de invierno, fecha en la que se registra la noche más larga del año (por cierto, un buen momento para recordar que la oscuridad nocturna está en peligro, y que solo nosotros podemos salvarla).  

Desde hace milenios, diversas culturas alrededor del planeta festejaban este día. La íntima conexión que nuestros antecesores mantenían con las fuerzas y ciclos naturales atribuían a las fechas de particular relevancia astronómica, como es esta, una importancia ritual y cotidiana que hoy difícilmente podemos concebir.

Vale la pena recordar que el solsticio tiene una cierta naturaleza paradójica. Por un lado, al ser la noche más larga del año, parece momento ideal para entrar en contacto con las fuerzas que rigen la oscuridad, con nuestras respectivas sombras y con el silencio del espacio. Pero también, en dirección opuesta, se trata del momento culminante en la avanzada nocturna (ya que desde el solsticio de verano gana terreno al día), y que a partir de mañana la inercia se revertirá, siendo ahora el sol el que tomará unos cuantos segundos extras cada día hasta llegar a su clímax el 21 de junio.

La noche más larga de la historia

Un aspecto curioso de esta celebración solsticial es que no solo nos sumergiremos en la noche más oscura del año, sino de la historia del planeta. Esta poética distinción se debe a que el periodo de oscuridad que se registrará en cualquier punto del hemisferio norte será ligeramente más larga que cualquier otra ocurrida desde que el planeta comenzó a girar, esto hace poco más de 4,500 millones de años.

Lo anterior se debe a que la rotación de la Tierra está disminuyendo, de forma imperceptible, su velocidad, por lo cual cada ciclo de 24 horas dura entre 15 y 25 millonésimas de segundo más. Esta desaceleración es provocada por el influjo gravitacional de la Luna sobre los océanos de nuestro planeta. Cuando ambos cuerpos se alinean, la Tierra y la Luna, entonces hay una porción de agua, la que se ubica exactamente debajo de la posición de la Luna, que "adelanta" al resto del planeta, detonando así una cierta fricción que va frenando o alentando la rotación terrestre. Este último fenómeno se conoce como aceleración de marea. 

En pocas palabras, y aunque existen otros factores geológicos que pueden incidir en ambas direcciones sobre la rotación, la tendencia general  apunta a que cada año, el ciclo de 24 horas que se registra en la Tierra es un poco más largo. Y por lo tanto su mitad oscura, la noche, también lo es. Pero antes de desilusionarte tras saber que cada solsticio marca la noche más larga en la historia del planeta, por que no mejor asumes este galante fenómeno, un año a la vez, y aprovechas para recetar a tu mente la noción, sin duda imponente, de que estarás atravesando el periodo de oscuridad más duradero en los últimos 4,500 millones de años. 

Buen solsticio.

Twitter del autor: @ParadoxeParadis