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La poética negrura de Vantablack, el material más oscuro jamás creado por el hombre

Por: Javier Barros Del Villar - 07/18/2014

Se trata de un material que, además de ser metafóricamente muy estimulante, secuestra la luz entre sus filas y termina diluyéndola

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Generalmente los logros industriales, por ejemplo la creación de un nuevo material, se ubican entre las noticias menos interesantes del bestiario informativo que cotidianamente puja por atraer nuestra atención. Tal vez por eso resulta especialmente sorpresivo el encontrarnos reunidos alrededor de esta nota la cual, a fin de cuentas, se debe al reciente anuncio por parte de la compañía británica Surrey NanoSystems revelando la creación de vantablack, el material más oscuro jamás creado por el hombre.

Más allá de los credos particulares que utilicemos para edificar nuestro túnel de realidad, difícil negar que la oscuridad, entendida como un estado del ser, como un arquetipo, tiene algo de atractivo. A fin de cuentas representa una de las porciones de la dualidad que históricamente hemos utilizado para, a partir de su síntesis, definir la unidad. Y cuando escuchas que el hombre ha alcanzado el punto máximo hasta ahora de obscuridad material, entonces el anuncio, o mejor dicho la metáfora, resulta más que excitante. 

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Creado a partir de "nanocabellos" de carbono, hebras mil veces más delgadas que el cabello humano, este intrigante material es capaz de absorber prácticamente toda la luz visible que llega hasta él, dejando escapar tan solo 0.035% de ella. Al parecer la galante penumbra del vantablack se debe a que los nanocabellos que lo conforman son tan minúsculos que dificultan la entrada de la luz, y están tan estrechamente unidos entre sí que la poca luz que logra penetrar termina extraviándose hasta que, finalmente, es absorbida. 

La negrura del vantablack se torna aún más poética cuando confirmamos que está exento de los pliegues y texturas propias de prácticamente cualquier manifestación material. Es como si al enfrentarse con su superficie, nuestra mirada quedará suspendida, estática, incluso hipnotizada: algo falta y sin embargo está ahí –una pequeña pradera de vacío.

En fin; por primera vez en mi existencia, me siento emocionado ante el invento de un material industrial. La vida tiene sorpresas, muchas, y quizá la fuente más activa de estas sea, precisamente, el reino de la máxima lobreguez.

Tal vez sólo existe algo más rápido que la luz, y es la oscuridad.

 Twitter del autor: @ParadoxeParadis