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Una filmación de dos gatos boxeando es más elocuente de lo que podría parecer en un primer momento, sobre todo a propósito del carácter de los grandes inventores y el enigma contemporáneo de por qué estos felinos domésticos conquistaron buena parte de internet

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Por razones que quizá ya han sido sugeridas pero nosotros desconocemos, internet se convirtió inesperadamente en un territorio gatuno. Entre los incontables contenidos que existen y circulan a cada segundo en la red, una buena parte tiene a gatos como protagonistas, diacrónica y sincrónicamente, en este momento y prácticamente desde el origen de este medio de comunicación. La presencia del felino doméstico en la red es tal que, hace unos años, un experimento en inteligencia artificial puesto en marcha por Google resultó en un programa que, después de registrar libremente video de Youtube, aprendió por sí mismo a reconocer y distinguir algo en específico: gatos. Sin conocer nada de este mundo y sin tener información sobre la fauna del planeta, esa inteligencia artificial descubrió por sí misma qué es un gato gracias a los millones de videos de Youtube en los que aparece al menos un gato.

¿Pero dónde comenzó esto? Con la invención de internet, por un lado, pero antes, con la posibilidad de capturar el movimiento en imágenes, de almacenarlo para reproducirlo posteriormente, algo que se volvió realidad gracias a la labor pionera de Eadweard Muybridge, fotógrafo de origen inglés que en la década de 1870 comenzó a experimentar con la fotografía del movimiento.

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Además de estos ejemplos que compartimos (ahora en forma de GIFs, formato inesperadamente adecuado para los trabajos de Muybridge), más o menos a esa misma época pertenece esta protofilmación de un gato emprendiendo una carrera.

Sólo que Muybridge no puede llevarse el crédito por el video de gatos más antiguo de la historia. Estrictamente, lo suyo es la unión de varias imágenes fijas tomadas con varias cámaras. Lamentablemente, este logro tiene que atribuírsele a Thomas A. Edison, un personaje cuya fama como genio inventor ha sido cuestionada pero que, pese a todo, al menos en este caso parece haber sido la primera persona en filmar no a un gato, sino a dos gatos, y no sólo corriendo o caminando grácilmente por su estancia, sino haciendo algo un tanto más memorable (por extraño): boxeando.

Ahora bien, ¿podría trazarse un punto de encuentro entre estos trabajos decimonónicos y los gatos que pueblan internet? Quizá sí. Quizá podríamos ensayar una hipótesis a partir de un paralelismo supuesto fundamentado en la introversión y la reserva como rasgos de personalidad. Si, en términos generales, podemos considerar que los grandes inventores han sido también personas que por su dedicación y perseverancia tienen poco contacto con el mundo; si, en segundo lugar, podemos decir que el gato es un animal que, a diferencia de otras mascotas (digamos el perro, su antagonista más obvio), se acomoda fácilmente a una vida de puertas cerradas; si, por último, agregamos cierto efecto de internet que lleva a sus usuarios a conceder cada vez más tiempo y energía a la vida virtual, a la vida frente a una computadora o un dispositivo móvil, entonces puede ser que la matriz esté completa y sea más o menos lógico que los gatos se encuentren en el inicio y en el fin de este episodio de la historia gráfica y tecnológica de la humanidad.

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