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La Copa del Mundo Brasil 2014 está a punto de llegar a su fin, pero el saldo negro dejará un importante boquete presupuestal en el gobierno brasileño, además de numerosos casos de corrupción que no han sido aclarados

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La Copa del Mundo Brasil 2014 está a punto de llegar a su final, y aunque hemos disfrutado de grandes juegos y grandes discusiones sobre el juego, la maquinaria corporativa que se alimenta de la pasión de los hinchas dejará secuelas a su paso; como un Monsanto de los deportes, la FIFA parece presentarse, a veces, como la caricatura del villano. Si la mitad del mundo sintonizó la final de Sudáfrica 2010, no es descabellado pensar que durante la próxima final entre Alemania y Argentina habrá mucho más en juego que el honor y un trofeo de oro.

He aquí algunas cifras sobre la Copa del Mundo Brasil 2014:

14 mil millones de dólares invertidos por el gobierno de Brasil, volviéndolo el Mundial más costoso de la historia.

250 mil personas desalojadas de sus propiedades para construir infraestructura ad hoc.

4.2 mil millones de dólares para construir cuatro estadios; casi cuatro veces más del presupuesto inicial presentado a la FIFA en 2007.

900 millones de dólares para construir el segundo estadio más grande del mundo (y el más inútil, después del Mundial, pues se encuentra en una ciudad brasileña sin equipo local).

9 trabajadores murieron en la construcción de los estadios, como si se tratara de construcciones faraónicas.

Se estima que hasta 4 mil trabajadores morirán durante los preparativos para Qatar 2022, dados los requerimientos de la FIFA y las condiciones lamentables de trabajo en  la ciudad árabe.

40% de los miembros del congreso brasileño son investigados actualmente por delitos de lavado de dinero y malversación de fondos, entre otros.

La FIFA se embolsará ganancias de 4 mil millones de dólares al final del torneo (66% más que el Mundial pasado), provenientes de:

  • 1.7 mil millones por derechos de transmisión televisiva a cadenas en todo el mundo.
  • 1.4 mil millones provenientes del uso de imagen de marcas como Coca-Cola, Visa, Budweiser, Microsoft, Volkswagen, Adidas, Marriott e incluso McDonald's, que poco parece tener que ver con el deporte.
  • 900 millones en otros derechos para uso de la marca de la Copa del Mundo (videojuegos, mercancía, etc.).

Un millón de brasileños protestaron en 80 ciudades casi diariamente durante el mes previo al inicio del Mundial. Las huelgas masivas del metro de Sao Paulo amenazaron con congelar el transporte, en protesta por que se gaste más dinero público para un evento de un mes que para arreglar problemas que seguirán en Brasil cuando termine el Mundial.

Sólo tres de los 28 miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA son mujeres. 2/3 de las mujeres que trabajan en el negocio del soccer son víctimas de algún tipo de discriminación laboral.

300 mil personas serán víctimas de la trata de personas durante la Copa del Mundo, según estimaciones del reporte Barshad sobre prostitución en Brasil.

Una polémica semántica sobre la palabra puto y el debate sobre homofobia y sexismo de los aficionados mexicanos (sin contar los dos miembros del PAN que enfrentan cargos por lesiones graves al esposo de una abogada brasileña a quien agredieron sexualmente).