*

La fusión de la óptica y la genética podría encerrar las claves del control neuronal, abriendo un campo sin duda interesante que nos despierta, no obstante, un poco de paranoia.

Peromyscus maniculatus

La física (especialmente la óptica) parece ser el nuevo aliado de los genetistas, y especialmente de los neurólogos. Aunque en el pasado los estudios al interior del cerebro dependieran completamente de electrodos conectados a cerebros de ratas o conejos para evaluar funciones motoras, procesos de aprendizaje, etc., el método tiene una limitación: los médicos son observadores pasivos de patrones neuronales, los que tal vez puedieran excitar con algún tipo de estímulo, pero en los que no influyen directamente. Hasta ahora.

La óptica combinada con la genética da lugar a la optogenética, según Tom Harsfield, doctorando de la Universidad de Texas. La optogenética, según Harsfield, "permite a los investigadores controlar directamente funciones cerebrales con extrema precisión en lugar de meramente observarla."

El método es el siguiente: un virus, como si fuese un caballo de Troya, se introduce en el cerebro del animal. En su interior se ha colocado un gen que estimula una proteína que vuelve al cerebro más sensible a la luz, y luego se libera en un grupo de neuronas de interés. Un flash de luz en el ojo del animal activa el implante de fibra óptica y abre los canales ionizadores de proteínas cargados en el virus, lo que activa el funcionamiento de la neurona. De esta manera, las células cerebrales "pueden ser literalmente encendidas y apagadas".

Hasta ahora, la investigación ha hecho posible restaurar la vista después de que el animal ha sufrido daño retinal al activar las neuronas de visión en el cerebro; activar o apagar las rutas neuronales del hambre, o entrenar al cerebro para suprimir el comportamiento obsesivo-compulsivo.

Sin embargo, el uso de la optogenética en humanos aún no ha sido probado. ¿Qué conclusiones, qué sospechas podríamos extraer de que un neurólogo pudiera controlar un cerebro desde un panel de control, como un avatar en SimCity? ¿Se trata de un pequeño —pero decisivo— paso para la neurología o de un gran salto para los mecanismos de control mental? Tal vez estas dudas puedan parecer paranoicas, pero probablemente la idea de controlar un cerebro mediante implantes de genes también parecían paranoicas en los albores de la investigación con electrodos.