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México es el segundo país con mayores niveles de contaminación de maíz transgénico en Latinoamérica

Por: Ana Paula de la Torre - 01/05/2014

Después de que en el 2001 se aprobara el cultivo experimental de maíz, algunas extensiones de tierra están contaminadas; hoy la venta comercial de este tipo de productos está prohibida, pero las consorcios de semillas transgénicas pueden pelear por su propiedad intelectual demandando a los campesinos.

maíz 1Actualmente en México está prohibida la venta comercial de maíz transgénico, ya que los efectos en la salud derivados de su ingesta son aún inciertos y existen indicios que sugieren el bloqueo de información sobre este tema por parte de las corporaciones que lo comercializan.

Si bien la experimentación con transgénicos podría resultar benéfica para la mejora de algunas especies alimenticias, lo cierto es que existen innumerables denuncias contra esta práctica, y las empresas dedicadas a la generación de alimentos transgénicos se caracterizan por la falta de ética en sus actividades.

En el caso del maíz, uno de los principales efectos de su modificación transgénica es que, al introducirse transgenes a las variedades de esta milenaria semilla, éste sufra descompensación genética y fisiológica, además de que, según Green Peace, el maíz transgénico conlleva los siguientes peligros:

1. “Gran parte del maíz transgénico es del tipo Bt que fue manipulado para producir un insecticida que ataca al gusano barrenador europeo, pero también perjudica a otros insectos que ayudan a controlar plagas, entre ellos la mariposa monarca”. 

2. La industria biotecnológica se ha negado a hacer pública la información vital que demuestra los problemas para la salud humana por el consumo de alimentos transgénicos. Científicos han revelado que Monsanto omitió reportar los efectos negativos serios, como los signos de toxicidad en los órganos internos de las ratas.

3. Compañías como Monsanto ofrecen préstamos a campesinos pobres para que compren sus caras semillas transgénicas. Al final los campesinos terminan con deudas y se ven forzados a adquirir más préstamos. 

4. Las semillas transgénicas no están diseñadas para resolver el hambre del mundo sino para producir ganancias para las corporaciones.  

5. Los cultivos transgénicos contaminan los cultivos convencionales, los orgánicos, los alimentos y la miel. 

6. A más de una década de sus inicios, la industria biotecnológica no ha logrado imponerse, debido a todos los riesgos ambientales, económicos y de salud que conlleva y debido a que no resuelve ningún problema del campo.

De acuerdo a lo anterior, cuando una semilla transgénica es cultivada resulta muy probable que los cultivos próximos sean contaminados, así que, siendo las corporaciones los creadores intelectuales de las semillas y propietarios de sus patentes, éstas tienen la posibilidad de demandar por el supuesto hurto de productos.

La siembra comercial de transgénicos, los experimentos con su cultivo, y la importación de semillas de este tipo, arriesgan la existencia genética de una semilla milenaria de cientos de tipos y variedades que han sido logradas artesanalmente a través de mezclas tradicionales.

Según datos de GreenPeace, México es el segundo país con mayor contaminación de maíz transgénico en Latinoamérica y el octavo a nivel mundial. En este contexto, científicos opinan que de continuarse con esta tendencia, será difícil preservar las semillas originarias del maíz debido a la contaminación (aunque supuestamente existen resguardos genéticos de la totalidad de la variedad de especies mexicanas). Alejandro Espinosa, reconocido ingeniero y genetista, miembro de la Academia Nacional de Ciencia, afirma que  "Hay un punto en el cual la acumulación de contaminantes de transgénicos será tal que llegaremos a un umbral de intolerancia en el cual será imposible para el maíz sobrevivir".

Así mismo, según el analista político Jorge Capelán en declaraciones para el sitio RT, con el Acuerdo de Asociación Transpacífico se amplificarán los derechos de propiedad intelectual de las empresas transgénicas en todo el continente.

Afortunadamente, como confirma GreenPeace, aún después de once años de que se concretó la primer prueba de cultivo de maíz transgénico en México, gracias al trabajo de asociaciones como Sin Maíz no hay País, de intelectuales, científicos, etc., se logró la suspensión de cualquier el avance en este tema, y aunque hoy esta medida no garantiza un obstáculo definitivo a futuro, sí representa al menos una traba temporal.

Expresa aquí al gobierno federal tu inconformidad con el maíz transgénico. Aunque parezca inverosímil, a los políticos les pesa lo que se exige desde las redes sociales.

Twitter de la autora: @anapauladeltd