Detectan 1er caso de adicción al Krokodil en México. ¿Por qué es esto preocupante?
Por: Luis Alberto Hara - 01/08/2014
Por: Luis Alberto Hara - 01/08/2014
A pesar de que la mayoría de las notas relacionadas a la droga Krokodil, también llamada droga "zombie", hablan sobre la peligrosidad de esta sustancia, lo anterior parece no ser razón suficiente para evitar que su uso vaya en aumento.
Esta droga está hecha a base de desmorfina, diez veces más barata que la heroína y produce efectos similares. Justamente es esta característica lo que la hace tan atractiva. El efecto del Krokodil apenas dura unos noventa minutos, en comparación con el estado de la heroína que es significativamente más largo. Y sus consecuencias en el organismo han probado ser terribles, ya que la piel de una persona que consume esta sustancia se vuelve escamosa y se cae en pedazos, dejando al descubierto huesos, tejidos, etc., y a las personas casi inmóviles. Además, el krokodil ocasiona úlceras en la piel, necrosis y gangrena.
En México, un país que en la última década ha pasado de ser una zona de tránsito de drogas a un sitio de consumo de estas sustancias, y en el cual la cultura de los estupefacientes es generalmente condenada desde la sociedad –lo cual favorece una especie de mercado negro de información–, el Krokodil presenta una amenaza latente, ya que existe poca información en la sociedad mexicana sobre la sustancia, además de que su bajo precio la vuelve accesible para un sector grande de la población.
Hace unas semanas se localizó en Puerto Vallarta, México, el primer caso confirmado de consumo de Krokodill, pero se trató de una turista estadounidense de 17 años. Sin embargo, el pasado 7 de enero se localizó a un adulto adicto a esta sustancia, en el estado de Sonora, al norte de México, el cual estará bajo observación. Las autoridades afirmaron que vigilarán las fronteras mexicanas para evitar el ingreso de esta droga, aunque la verdadera amenaza es que su consumo se haga atractivo, pues su producción puede resolverse de manera casera. Además, más allá de vigilar el posible traslado de la sustancia desde Estados Unidos, los esfuerzos tendrían que estar concentrándose en difundir información confiable en torno a esta droga y desestimular su consumo mediante campañas educativas.