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La mitología como una manera de acercarse a la realidad que, en esencia, es desconocida: un recuento de las bestias marinas que podrían haber inspirado al Kraken de las leyendas nórdicas.

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Below the thunders of the upper deep;

Far, far beneath in the abysmal sea,

His ancient, dreamless, uninvaded sleep

The Kraken sleepeth:

[Bajo los truenos de las superficie,

en las grietas del mar abismal,

el Kraken duerme su antiguo sueño sin sueños.]

Lord Alfred Tennyson

El océano ha sido históricamente un símbolo de lo enigmático, un zona que en su vastedad y aparente infinitud es capaz, por esto mismo, de contener las fantasías más esperanzadoras pero también las más temibles. Reinos maravillosos y paradisiacos que existen únicamente allende el mar; navegantes que un día partieron y jamás regresaron, encontrándose con las formas caprichosas que su destino tomó entre los vaivenes de las mareas y los vendavales; Moby Dick y Simbad, el Marino, la Odisea y Lord Jim, algunos óleos de Turner y La Mer de Debussy, el sueño de conocer el mar y aun el deseo de pasar unos cuantos días en la playa, son narrativas que no hubieran sido posibles si el océano no se nos apareciera como esa potencia indomable, plena de significados, venerable pero, sobre todo, desconocida.

Prueba de esto último son los monstruos que durante mucho tiempo se atribuyeron como habitantes corrientes de las aguas oceánicas: desde los monstruos que los antiguos cartógrafos dibujaban para indicar peligro hasta los especímenes que de cuando en cuando el mar arroja a las costas provenientes de las profundidades más inexploradas como prueba de todo lo que aún escapa a nuestros intentos de catalogación.

En una zona ambigua de ese bestiario, a medio camino entre lo imaginario y lo real, se encuentra el Kraken, una creación del imaginario nórdico que, según refiere Borges en su Manual de zoología fantástica, se consideraba del tamaño de una isla y con las dimensiones magnificadas de un pulpo gigante, con brazos que podían abarcar al mayor de los navíos. Terror de los marineros y desafío para los aventurados, el Kraken fue en las latitudes boreales el símbolo por excelencia de aquello que podía esperarse al entrar al océano: enfrentarse con lo apabullante y lo demesurado, para fracasar y ser derrotado o, por el contrario, para salir avante y regresar con el triunfo de haber vencido lo inimaginable.

A continuación compartimos una serie de animales reales que pudieron haber sido la inspiración del Kraken de la leyenda, como un recordatorio de que, parafraseando a Roberto Calasso, lo desconocido se encuentra en eso que nos inclinamos a considerar nuestro propio entorno.

 

Pulpos / Calamares

En primer lugar, los cefalópodos más conocidos pero no por ello menos sorprendentes. Pulpos y calamares han asombrado a miles de personas en todo el mundo y todas las épocas. Su inteligencia los hace capaces de resolver rompecabezas, salir de laberintos y escapar de la reclusión. En el caso de los calamares gigantes ―que pueden alcanzar entre 15 y 20 metros de longitud―, su solo tamaño los hace suficientemente temibles como para ser objeto de mito y fabulación.

En 2007, en Nueva Zelanda, se encontró un ejemplar cuyos tentáculos medían 4 metros y su peso pasaba de los 400 kilogramos; y este año, en las costas de Cantabria, apareció el cadáver de un calamar de 10 metros de extensión y 180 kg.

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Cefalópodo prehistórico

En 2011, durante el encuentro anual de la Sociedad Geológica de Estados Unidos, los investigadores Mark y Dianna McMenamin presentaron sus estudios en torno a los restos de un ictiosaurio encontrados en State Park, Nevada. Según el análisis de los McMenamin, el animal fue capturado y comido por un cefalópodo gigante que después dispuso los huesos en una especie de autorretrato que dejara constancia de su presencia en el mundo prehistórico.

 

Serpientes marinas / Pez remo

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Los testimonios sobre las serpientes marinas se multiplican en la literatura mitológica, comenzando quizá con las homéricas Escila y Caribdis y terminando en el Loch Ness escocés. En el siglo XVIII, el obispo Erik Ludvigsen Pontoppidan (el mismo que Borges cita como fuente en su entrada sobre el Kraken del Manual de zoología fantástica) detalló en su Historia natural de Noruega la presencia de enormes serpientes en los mares del país: un caballo con grandes ojos negros, crin larga y blanca y el cuerpo espirado como el de una serpiente. Con todo, hace un par de años se encontró un pez remo de 17 metros de longitud, dimensiones más o menos normales en esta especie.

 

Las invenciones de Mercator

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Gerard Mercator fue quizá el cartógrafo más destacado del Renacimiento (una época dorada para este oficio). A él debemos la proyección del mundo que al final se reveló como la más práctica, útil e incluso fiel. Con todo, las limitaciones de su época también le llevaron a dibujar inquietantes bestias marinas en los márgenes y espacios vacíos de sus mapas: originales quimeras en donde lo conocido (partes de animales existentes) se funde para generar una expresión de lo ignorado.

 

molaEl pez más grande del mundo

Hasta ahora el récord del pez más grande del mundo lo ostenta el “mola mola”, conocido también como pez luna. Su peso puede llegar a las 2 toneladas y su longitud los 4 metros. Habita en aguas templadas tropicales de casi todo el mundo. Curiosamente, a pesar de su tamaño, son peces dóciles e inofensivos.

 

Quizá, después de estos ejemplos, parece posible que el Kraken todavía aguarde en las profundidades marinas, en ese "sueño sin sueños" que le atribuye Tennyson, como un guardián insomne del misterio que reside en el fondo del océano.

*Contenido cortesía de Kraken, puedes conocer más sobre la mitología moderna de este animal fantástico aquí