La vida es una flor perenne que la muerte no opaca, según el biocentrismo
Por: Luis Alberto Hara - 11/18/2013
Por: Luis Alberto Hara - 11/18/2013
Vivimos en tiempos emocionantes para la ciencia: los fotones cambian retroactivamente las decisiones que tomaron en el pasado y el universo microscópico de las partículas nos dice cada día más sobre el mundo macroscópico en el que vivimos. La física cuántica gana terreno en la imaginación y la evidencia parece estar ahí para confirmarla; sólo hace falta introducir la vida a la ecuación de la incertidumbre para que todo comience a embonar lentamente.
Al menos esa es la premisa de la teoría del biocentrismo, propuesta por el doctor Robert Lanza como nueva candidata para la inasible "teoría del todo", que obsesionaba incluso a Einstein. En su libro Biocentrism: How Life and Consciousness are the Keys to Understanding the True Nature of the Universe, Lanza pasa lista a diferentes problemas de la conciencia (como el tiempo, el espacio y la muerte) a través del tamiz de la física cuántica, tratando de aventurar algunas relaciones que pueden ser fructíferas, al menos en el terreno de lo teórico.
"Creemos en la muerte porque se nos ha enseñado a creer en ella. También, por supuesto, porque nos asociamos a nosotros mismos con nuestros cuerpos y sabemos que nuestros cuerpos mueren. Fin de la historia." Sin embargo, el "biocentrismo", escribe Lanza, "nos dice que la muerte puede no ser el evento terminal que pensamos. Increíblemente, si añades la vida y la conciencia a la ecuación, puedes explicar algunos de los más grandes rompecabezas de la ciencia."
Añadir "la vida y la conciencia a la ecuación" es posible a través de una figura relegada al nivel de una disrupción solamente en la teoría de la indeterminación de Heisenberg, por ejemplo: la figura del observador. "Por ejemplo, se vuelve claro por qué el espacio y el tiempo (incluso las mismas propiedades de la materia) dependen del observador. También se vuelve claro por qué las leyes, fuerzas y constantes del universo parecen estar exquisitamente dispuestas para la existencia de la vida. Todo lo que ves y experimentas ahora mismo, incluso tu cuerpo, es un giro de información ocurriendo en tu mente. El espacio y el tiempo son simplemente las herramientas para ponerlo todo junto".
¿Pero no estaremos simplemente frente a otro platonismo? ¿No será que el biocentrismo no es tanto la unión de la física cuántica y la conciencia en la misma ecuación, sino una nueva forma de parcialidad del observador, de encontrar lo que se necesita encontrar a pesar de que la evidencia diga lo contrario? Es posible, pero al menos esta teoría tiene la ventaja de replantear viejas preguntas de manera nueva y presentar conceptos, como la vida o el tiempo, desde una nueva óptica:
La vida es una aventura que trasciende nuestra manera linear y ordinaria de pensar[...]. La vida tiene una dimensionalidad no lineal: es como una flor perenne que vuelve a florecer en el multiverso.