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Existen numerosas formas de viajar en el tiempo y el espacio, al menos desde la teoría. El problema en realidad consiste en hacer que las teorías se ayuden mutuamente para ofrecer una explicación que permita comenzar a realizar experimentos.

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Los agujeros de gusano son un puente que teorícamente puede atravesar el espacio y el tiempo, y fueron predichos por la teoría de la relatividad de Albert Einstein, uno de los bastiones para los investigadores de los viajes en el tiempo. Y es que no se trata de construir un artefacto que nos "lleve" o "traiga" en el continuo espacio-tiempo, sino de entender cómo funciona ese viaje en sí.

Por ejemplo, los físicos saben que el viaje al futuro es una realidad incontrovertible, según la teoría de Einstein. Incluso han logrado enviar pequeñas partículas (llamadas muons, parecidas a los electrones) hacia el futuro a través de la manipulación del campo gravitatorio en torno suyo. Sin embargo, enviar a un ser humano o una nave espacial es una cuestión más complicada. Y por otro lado, el viaje al pasado presenta problemas diferentes.

Según el astrofísico Eric W. Davis del Instituto Internacional de Estudios Avanzados de Austin (EartTech), uno puede ir al futuro o al pasado utilizando agujeros de gusano, pero hay dos problemas: primero, que su existencia nunca se ha probado; segundo, que de existir serían tan pequeños que no podrían albergar a una persona o un vehículo.

Al menos en la teoría, según Davis, los agujeros de gusano son una de las numerosas soluciones para la geometría del espacio tiempo que exhiben las propiedades del viaje en el tiempo, pues permitiría que una hipotética nave viajara de un punto a otro del agujero más rápido que la velocidad de la luz. La velocidad de la luz es el límite de velocidad de nuestro universo, pero los agujeros de gusano echarían mano de un hack o un atajo, explicable teóricamente: el objeto no sobrepasaría en sí mismo nunca la velocidad de la luz, sino que llegaría de un extremo al otro del agujero de gusano antes de lo que tardaría un rayo de luz en recorrer ese espacio.

Dicho de otro modo, el objeto atravesaría el agujero de gusano y llegaría al otro lado antes de que el rayo de luz recorriera la misma distancia. De este modo, el objeto teóricamente nunca se mueve más rápido que la luz, debido a las propiedades del agujero de gusano. Con todo, los agujeros de gusano no se dan en los árboles. 

A decir de Davis, de lo que se trataría es de crear un agujero de gusano y mantenerlo equilibrado, lo que implicaría conocer más de otro componente que lo hace posible, la materia exótica, de la cuál apenas se sabe nada. Esta materia permitiría acelerar ambos extremos del agujero de gusano hacia las posiciones deseadas, según la teoría de la relatividad.

El viaje en el tiempo se ha demostrado teóricamente muchas veces tanto desde la teoría general de la relatividad como desde la teoría cuántica (ambas, explicaciones contrapuestas del universo), pero al menos Davis está seguro de dos cosas: la investigación del viaje en el tiempo requiere del esfuerzo compartido de teóricos contrapuestos (que tendrían que trabajar en una especie de teoría cuántica de la gravedad, que reconcilie las posturas antagónicas en el campo teórico y práctico) y que no veremos el viaje en el tiempo durante esta generación.

Con algo de suerte un viajero del futuro podría venir a echarles una mano a los teóricos con los detalles. Tal vez John Titor tenía razón; o tal vez los cálculos de su viaje fueron erróneos.

[LiveScience]