Música atemporal: Juan Atkins y Moritz Von Oswald estrenan Borderlands
Por: Javier Barros Del Villar - 05/04/2013
Por: Javier Barros Del Villar - 05/04/2013
Dos de las mentes más lucidas de la música electrónica durante las últimas décadas, Juan Atkins y Moritz Von Oswald, recién materializaron una larga historia de colaboraciones en un memorable álbum –y es que si bien ambos se habían encontrado en innumerables ocasiones para creaciones esporádicas, el diálogo sonoro entre estos dos jamás se había concentrado en la producción de un LP.
En el caso del primero, Juan Atkins, es considerado por muchos como el creador de la música techno, con sus proyectos Cybotron y Model 500, nacidos a principios y mediados de los 80's, respectivamente, en Detroit. Recordemos que originalmente este género floreció a partir de una sinapsis entre el funk y la cultura tecnologizada –algo así como Kraftwerk meets James Brown. Años después, a finales de los ochentas, este término se aplicaría a distintas variaciones de música electrónica. Atkins sirvió como eje de convergencia para que este cocktail sucediera, y a partir de ahí jamás abandonó su prominente papel en dancefloors alrededor del mundo.
En cuanto a Moritz V.O., podríamos decir que es uno de los más refinados productores de techno, co-fundador de la disquera alemana Basic Channel (incluídas varias sub-labels destacadas, como Rhythm & Sound), especializada en 'dub techno'. En años recientes este maverick de la electrónica ha dedicado buena parte de su talento al proyecto Moritz Von Oswald Trio, junto a Max Loderbauer (Sun Electric) y el genial Sasu Ripatti, aka Vladislav Delay/Luomo/Usiitalo etc.
Exquisitos jams de jazzy techno es el ingrediente esencial de Borderlands, el LP que recién se filtró en la Red, será estrenado en el próximo festival Mutek, en Montreal (28 mayo-2 junio), mientras que el lanzamiento oficial, de acuerdo a lo anunciado por el sello encargado de producir este álbum, Tresor (Berlin) es el 10 de junio. Secuencias meditativas fluyen irreversiblemente a lo largo de sus ocho tracks, en un ejercicio que parece diseñado para diseñar un paisaje infinito. Llama la atención la facilidad con la que Borderlands te sumerge en un estado de atemporalidad, una especie de risueña hipnosis gracias a la cual puedes, fácilmente, loopearte escuchando el disco durante horas. De hecho me remite a una recta interminable en el desierto de wirikuta, la cual por más que caminas se mantiene fiel a su dibujo original –a una esencia imposible de abarcar.
En fin, la personalidad musical de este 2013 no será la misma (al menos en lo que respecta a la electrónica), tras el lanzamiento de Borderlands. En lo personal agradezco incluirlo entre mis acompañantes de cabecera para la segunda mitad de este intenso año, y recomiendo ampliamente estar atentos a su próximo lanzamiento –la maestría convergente de Atkins y Von Oswald es algo que no debería pasarse por alto.
Twitter del autor: @paradoxeparadis