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La comunión entre magia y tecnología vuelve a aflorar de forma ineludible en estos tiempos; Pedro Soler nos comparte sus reflexiones respecto a este emocionante reencuentro.

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Dentro del modelo de realidad que occidente ‘eligió’, las cosas se definen partiendo de sus opuestos, herencia que en buena medida debe al dualismo cartesiano y al complemento dialéctico aportado por Hegel. Como una probable consecuencia de esto, culturalmente damos vida a múltiples anti-correspondencias –elementos o fenómenos que desasociamos radicalmente de otros. Y para ejemplificar lo anterior podríamos postular la relación entre magia y tecnología, por cierto dos pulsos fundamentales en el desarrollo de la humanidad.

A pesar de lo que nuestro mapa cultural nos sugiere, lo cierto es que la naturaleza de la magia y la de tecnología, mantienen una sorprendente relación identitaria. Más allá de la multi-citada advertencia de Arthur C Clarke, “la tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”, tenemos otras referencias particularmente interesantes que aluden a la original fusión de ambos conceptos. Entre estas me gustaría recordar la noción de las tecnologías mediáticas como extensiones de nuestro propio cuerpo, postulada por Mcluhan, el rezo científico de Aleister Crowley:  “No confiamos en virgen o pichón, nuestro método es la ciencia, nuestra meta es la religión”, o la afirmación del nómada anarco-místico Hakim Bey, quien asegura que “es completamente obvio que Internet es un fenómeno religioso”.

Tecnomagia

En términos muy básicos podríamos definir la tecnomagia, con la certeza de quedarnos cortos, como el aprovechamiento de nociones ligadas a la tradición mágica, en el uso e interacción que sostenemos con la tecnología (máquinas, dispositivos electrónicos, e incluso, desde un plano más abstracto, técnicas científicas). Para 'abrazar' este término, curiosamente podríamos comenzar por metaforizar ciertas facultades mágicas en actividades tecnológicamente cotidianas, para luego darnos cuenta que estas metáforas podrían fundirse en un mismo acto, es decir que la magia es tan tecnológica como la tecnología mágica.

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Otro 'requisito' fundamental tiene que ver con afianzar una perspectiva distinta ante las maquinas (concibiéndolas como algo tan natural 'como una zanahoria', y ante la realidad misma, mediante un franco proceso de resacralización de la misma, la reincorporación del ritual en cada una de nuestras actividades cotidianas (por ejemplo, enviar o recibir un e-mail). 

Conversando sobre magia y tecnología

Hace unas semanas tuve la suerte de conversar con Pedro Soler, quien impartió el “Taller de Tecnología, Magia e Imaginario”, auspiciado por el Laboratorio de Arte Alameda, en la Ciudad de México. Pedro tiene una larga trayectoria en artes visuales, teatro, y música; fue curador del festival Sonar y participa activamente en múltiples centros culturales y laboratorios de experimentación artística –algo que por cierto confirma al arte como un catalizador ideal entre disciplinas supuestamente distantes, en este caso el cause mágico y el tecnológico.

Tras una breve presentación mutua, la charla no tardó en florecer orgánicamente. Minutos después estábamos inmersos en Parsons, Crowley, y Hubbard, hablando sobre lo interesante que resulta, a pesar de su siniestra naturaleza, el nacimiento de la cienciología, entendida como la primer religión que nace explícitamente ligada a la tecnología (el primer credo de la era electromagnética). Posteriormente, y quizá para recorrer estepas menos, escabrosas recordamos algunos experimentos tecno-metafísicos de Bryon Gysin, creador de la “Máquina de los Sueños” y William Burroughs.

 Javier Barros: ¿Qué es la magia?

Pedro Soler: “Bueno aquí cito a Dion Fortune (ocultista británica) que la define como “el cambio de conciencia bajo la voluntad”, lo que Crowley refería como la “true will”, la voluntad, esta línea más de brujería moderna.

 JB: Popularmente se considera a la magia como sinónimo de ilusionismos (gracias a, entre otros, tipos como David Copperfield). Y si bien obviamente son cosas distintas, lo cierto es que en si la magia también tiene que ver con este truquear la realidad, aunque entendiéndolo desde un sentido mucho más profundo, algo así como manipular el programa de Maia (el reino de la ilusión) ¿Qué opinas?

PS: Sí, se podría explicar  como ir más profundo, en la misma realidad. La magia yo la entiendo como algo que tiene qué ver con la voluntad, como algo que surge del interior. El más importante trabajo del mago es sobre si mismo, este cambio interior, esta voluntad de conectar con la voluntad. Y sí el truco es muy importante porque si estamos cambiando percepción pero el punto es ¿para qué? Y aquí entramos en tecnomagia contemporánea que sería cómo orientar el poder –porque levantas energías, como generarlo socialmente para fines políticos. Por ejemplo Bruno Viana, que organizo en Brasil un encuentro de tecnomagos el año pasado, está convencido que los movimientos sociales que surgen ‘de la nada’, son actos mágicos, actos de cambiar cosas, con un efecto real de cambiar al entorno, entonces dónde está la ilusión, dónde está la magia, esto es realmente algo que investigaremos porque yo no tengo la respuesta.

 JB: Magia negra o magia blanca, ¿cuál es la distinción?

PS: Yo digo que es una cuestión de intencionalidad, por ejemplo, yo considero que la bolsa de valores es la máquina mágica más potente que jamás ha sido creado, magia negra, yo lo entiendo que viene de tu intencionalidad, digamos que si te enteras, si te da igual todo y simplemente quieres hacer dinero como es el caso de la bolsa, y la bolsa es una máquina de imaginario abstracto que pone en marcha sus fórmulas y todo este complejo trabajo con los números, pues aquí claramente es una magia negra. Yo lo veo que es una intencionalidad, qué estás intentando hacer, qué es tu intención, y entonces qué efecto tiene eso que haces, tu magia, sobre la tierra y sobre las personas.

 JB: ¿Y qué nos dices sobre la tecnología y cuál es su relación con la magia?

PS: Téchnē es hacer y logos es conocer, de saber hacer, y hay un pensador Leroy Durand, un paleontólogo francés que dice que la tecnología está directamente relacionada con la conciencia, no se puede separar. Mi actual investigación parte también de la observación sobre todo lo que podemos hacer ahora con la tecnología, volar, ver a distancia, hablar a distancia, consultar los libros akashicos, crear, son cosas que los magos y los chamanes decían que podían hacer y ahora ya los podemos hacer nosotros. Pero entonces ¿qué parte de la tecnología es realmente la máquina y qué parte somos nosotros? ¿qué tanto es una máquina que crea una ilusión y qué es lo que está pasando adentro de ti? Por ejemplo, cuando estamos conectados por Skype tú lo que ves son unos pixeles, pero lo que sientes, lo que está pasando químicamente dentro de ti, también está presente.

Cuando volvemos a las herramientas más básicas, aquellas empleadas por los chamanes, que son las plantas, o los palos estos, los amuletos, que también son máquinas que permiten cambiar conciencias, no es en si mismo el amuleto, sino lo que está pasando en nosotros mismos, entonces era esta relación que quería investigar a través de este taller. La cuestión es hasta qué punto la magia ocurre en la prótesis, que es la tecnología, y hasta que punto en nosotros mismos, o sea que cuando haces un like, este like no está pasando en Facebook, está pasando en ti.

Otro aspecto fundamental es cómo las máquinas transforman al humano, cómo la máquina casi puede tener su propio ser, puede tener una especie de conciencia. Hay un grupo en Francia muy interesante que propone que para entender los ordenadores y entender lo que está pasando con los ordenadores, necesitamos de otro contexto , necesitamos un contexto mágico, necesitamos entenderlos como espíritus, necesitamos entenderlos como seres. 

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 JB: Oye Pedro y ¿crees que la tecnología es algo tan orgánico como una zanahoria? 

PS: Ahí está, todo esto está hecho de la tierra. Como las conchas de los moluscos se hace con todo tipo de minerales que extraen lentamente de la tierra.  Yo quería investigar en esta línea no, porque hemos trabajado mucho en esto de materia-espíritu, entonces como esta idea de que todo es vivo, todo absolutamente esta vivo, a fin de cuentas es una cuestión de conciencia, entonces cómo nos re-apropiamos y cómo hacemos que la tecnología regrese dentro de nosotros, y regrese dentro de la tierra, en el sentido de Gaia (la teoría de James Lovelock).

 JB: Finalmente, qué nos dices sobre la imaginación, que a fin de cuentas es una especie de bisagra entre magia y tecnología?

PS: La imaginación es clave, la imaginación es la capacidad de visibilizar, es una de las habilidades básicas de todo mago no, esta capacidad de imaginar. William Blake consideraba que era una de las cosas más importantes del ser humano, es donde tú generas, entonces la cuestión es el nivel de precisión de este fenómeno y esto es donde encontramos con los alquimistas. Porque cuando estás confrontado con la materia, luchando con la materia, confrontando tu interior con la materia, esta materia te va cambiando y tú a ella. Creo que la alquimia sería lo que inaugura la ciencia como la entendemos hoy en día, el método científico, pero con toda esta cuestión de la imaginación también, entonces qué pasó pues, se separa en algún momento y ahora estamos ante la posibilidad  de re-imaginar la tecnología, de re-apropiarnos de ella, pero ya no como algo fuera de nosotros, sino como una especie de ectoplasma, como una extensión. 

Para concluir me gustaría recomendarles algunos artículos publicados en Pijama Surf que pueden enriquecer esta entrevista:

¿Qué es la magia? (breve ensayo sobre su etérea anatomía)

Tecnochamanismo y espiritualidad electrónica: la flor digital del espíritu

Espiritualidad open source (sobre el intercambio de información mística)

Demonología para las masas: la comunicación digital como magia

* Un agradecimiento especial al Laboratorio de Arte Alameda de la Ciudad de México, por la invitación para realizar esta entrevista y por la estimulante labor que están realizando como un espacio de difusión meta-cultural.  

Twitter del autor: @paradoxeparadis