El GIF es sin duda uno de los formatos de imagen más reconocibles de Internet, un medio que se utiliza para contenidos diversos, con cierta predilección por lo cómico aunque también por un tipo de emotividad que oscila entre la tristeza y la reflexión, sin excluir la pornografía, el sinsentido propio de la cotidianeidad, escenas significativas de películas y tantas expresiones como el ocio o la creatividad dicten.
Pero como toda manifestación de este tipo, llega un momento en que el simple entretenimiento adquiere implicaciones mayores o más serias, al grado de aspirar a aquello que se tiende a considerar una actividad artística.
Al menos así fue como lo reconocieron algunos curadores de Art Basel, el festival de arte que se celebró en Miami hace algunos días, quienes montaron la exposición Moving the Still, hecha casi exclusivamente de GIFs, “la forma más reconocible de medios digitales de nuestra generación”.
Luego de recabar imágenes con varias semanas de antelación, James Frey, Michael Stipe y miembros de Rodarte, recabaron una muestra amplia que evidenciara dicho planteamiento: que, en efecto, el GIF puede convertirse en medio de expresión artística.
Moving the Still se completa con el video A Short History of the Gif, en donde se narra la azarosa vida informática de este formato.
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