La herencia genética no podría ser tan evidente como en estos retratos de la serie Genetic Portraits del fotógrafo Ulric Collette. Se trata de una comparativa entre miembros de la misma familia –primos, hermanos, padres e hijos– que forman seres híbridos que comparten lazos sanguíneos y que, al mismo tiempo, conjugan los rasgos físicos similares con una estética alienígena y extraterrestre que refleja el paso del tiempo y el deterioro físico que trae consigo.
